Un revuelo ante el mercado de San José
A la puerta del juzgado no lo esperaban ni familiares ni los supuestos estafados, pero sí atrajo la atención de decenas de ciudadanos
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa comparecencia de Jenaro Jiménez en los juzgados de San José se esperaba larga y duradera, ya que el empresario estaba citado a declarar en tres de los cuatro juzgados de instrucción que alberga el edificio. Sin embargo, su paso por las dependencias judiciales fue prácticamente una visita relámpago. Y así, en menos de tres horas, el detenido respondió a todas las preguntas planteadas por los jueces.
Su llegada alteró sin duda la tranquilidad de este edificio judicial, que durante el mes de agosto ha permanecido prácticamente vacío por mor de las vacaciones. Tanto dentro como fuera.
A la puerta del juzgado, la presencia de casi una docena de periodistas -entre cámaras de televisiones nacionales y autonómicas, micrófonos y fotógrafos, bolígrafos y cuadernos- prometía, cuando menos, la llegada de un pez gordo. Aunque, aparte de ellos, en la puerta del juzgado de Guardia no habían acudido ni los familiares, ni los acreedores y supuestos afectados por las estafas que se le imputan al empresario, que estaba a punto de bajar de un furgón verde y blanco, de la Guardia Civil.
Eran las diez y veinte de la mañana. Así que el mercado de abastos que se encuentra en los bajos de los juzgados de San José estaba en pleno bullicio de trabajadores, comerciantes y clientes cargados de bolsas con la compra. De este modo, un grupo de curiosos se arremolinó cerca de los periodistas, mientras otros muchos oteaban desde lejos, pendientes de la puerta del furgón, que se abría. No sabían quién vendría.
De repente, se oye un grito: «Sinvergüenza, sinvergüenza». Una mujer tras los periodistas increpa al empresario, que acaba de bajar del furgón. Le insulta por una serie de delitos que, ni siquiera ella conoce. «¿Quién es éste?», dice luego. Primero insulta, luego pregunta.
En el interior del edificio, por su parte, el nombre de Jenaro pasa de boca en boca, cuando cruza los pasillos escoltado por policías nacionales. «Es el que se escapó a Paraguay». Primero el juzgado número 4, luego el 2 y luego el 3. Jiménez pasa por todos en menos de dos horas. A su salida, ahora, sólo los periodistas le esperan en la puerta.