Morir en el concurso
Actualizado:La telerrealidad es tan de verdad que a veces cruza la raya. Nada menos que tres vidas se han cobrado ya los concursos de supervivencia. Hace sólo quince días, un concursante de la versión paquistaní de Supervivientes, el show Unliever Pakistan, se ahogaba en un lago de Bangkok ante la mirada horrorizada de sus compañeros. En el momento del accidente, Saad Khan, de 32 años, portaba una mochila con siete kilos de peso y no estaba acompañado por ningún buzo. Su cuerpo tardó más de una semana en ser rescatado del fondo del lago y ahora las autoridades tailandesas investigan si hubo negligencia. Unos meses antes, el 31 de mayo, el búlgaro de 53 años Moncho Vodnicharov, sufrió un ataque al corazón durante uno de los programas de SurvivorBulgaria en una playa de Filipinas. Acababa de realizar una de las pruebas de la competición. Todos los intentos para reanimarlo resultaron inútiles.
Tampoco se pudo hacer nada por Anthony Ogagje, participante de la versión nigeriana de la franquicia, que se ahogó cuando preparaba la prueba final. Aspiraba a un premio de 5 millones de nairas, el equivalente a 30.000 euros. Tenía 25 años.
Además de los riesgos de las pruebas físicas, los participantes de estos realities están expuestos a todo tipo de peligros, que van desde la fauna autóctona a las inclemencias meteorológicas, pasando por las enfermedades tropicales y la mala nutrición. Este mismo año, los supervivientes de Telecinco tuvieron que ser evacuados en dos ocasiones de sus islas tras sufrir sendos terremotos. Uno de ellos alcanzó los 7 grados en la escala Richter. Además, dos concursantes se vieron obligados a abandonar el programa por problemas de salud: Álvaro Muñoz Esscasi sufrió un esguince al caer de un árbol y al jugador de baloncesto Santi Abad el coral marino le produjo lesiones de tal gravedad que tuvo que ser atendido de urgencia en España.
Paula Vázquez,
Pero no sólo los participantes se arriesgan, el equipo entero está expuesto: durante la edición de 2008, Mario Picazo contrajo la fiebre tifoidea y fue hospitalizado durante dos semanas. «Mi cuerpo se congeló con un frío intenso y unas tiritonas que ni el de Poltergeist», explicó el presentador. Peor parada salió Paula Vázquez, la cara de La selva de los famosos de Antena 3. Tras su aventura, desarrolló una enfermedad crónica a consecuencia de un parásito intestinal que obligó a los médicos a extirparle la vesícula en 2008.