Rajoy ordena una «batalla a fondo» contra el Gobierno
El PP descarta acuerdos con el PSOE y movilizará a miles de personas a finales de septiembre
COLPISA. MADRIDActualizado:Mariano Rajoy enarboló ayer el hacha de guerra contra el Gobierno y su política económica, una vez superado el verano en el que se enredó con acusaciones sobre la persecución a la que se siente sometido su partido a cuenta de los casos de corrupción. El líder del PP anunció a la dirección popular que planteará una auténtica guerra política frente a las decisiones del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, estrategia que tendrá su punto de mira en la subida de impuestos.
La movilización del primer partido de la oposición centrará su actividad parlamentaria y tendrá su momento álgido con la celebración de un acto multitudinario en Sevilla el próximo 27 de septiembre, dos días después de que el Consejo de Ministros apruebe el proyecto de Presupuestos del Estado para 2010, en el que el Gobierno tiene previsto acometer una reforma a fondo de la fiscalidad.
El PP pretende concentrar en el velódromo de Dos Hermanas, tradicional territorio socialista, a 20.000 simpatizantes «por el empleo y contra la subida de impuestos». La convocatoria, que ya ha empezado a preparar el presidente del PP andaluz y vicesecretario nacional, Javier Arenas, coincidirá también con el levantamiento del secreto del sumario de la pieza principal del 'caso Gürtel', según prevé el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
El líder de la oposición declaró ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido que las decisiones económicas del Gobierno socialista, en especial las que afectan a la fiscalidad, «merecen y tendrán por parte del PP una batalla a fondo» porque, en su opinión, es lo que más ocupa y preocupa a los ciudadanos. Atribuyó el anunciado incremento de impuestos al «aumento brutal del gasto público» y descalificó tajantemente esta solución, al tiempo que defendió hacer «exactamente lo contrario» con un estricto control del gasto, mayor austeridad de las administraciones y reformas estructurales.
«Las subidas de impuestos sólo servirán para retrasar la salida de la crisis por penalizar el consumo, el ahorro y la inversión; generarán más paro, reducirán injustamente la renta disponible de los españoles y además reducirán la recaudación del Estado, a medio y largo plazo, por la contención de la actividad», declaró para resumir los motivos de su oposición a la medida.
Al presidente del Gobierno le acusó de un nuevo «engaño a los españoles» porque su programa electoral prometía lo contrario y en el debate de investidura anunció rebajas fiscales.
Dibujó Rajoy un panorama desolador de los efectos de la crisis económica, así como de su gestión por parte del Gobierno, y aseguró que la situación «es peor» de la que había cuando el comité celebró su última reunión antes de las vacaciones. Destacó el nivel de desempleo, el crecimiento del déficit, el fracaso del diálogo social y el continuo descenso del Producto Interior Bruto español mientras empieza a recuperarse en otros países europeos.
El líder del PP tildó de «fiascos» las decisiones adoptadas por el gabinete de Rodríguez Zapatero, al que acusó de provocar desconfianza e incertidumbre entre la ciudadanía a cuenta de las «improvisaciones», entre las que mencionó la ampliación de la ayuda a los parados de larga duración, y las afirmaciones optimistas «que son mentira», como la que hizo el presidente el pasado viernes cuando dijo que «lo peor de la crisis ya ha pasado».
«Es imposible que una política económica produzca buenos resultados a base de medias verdades, anuncios inentendibles, globos sonda y atentados verbales contra los emprendedores», afirmó en referencia a las últimas polémicas abiertas por las medidas gubernamentales y las críticas a los empresarios por sus discrepancias en el diálogo social.
Sin campo de acuerdo
Tras tímidos tanteos que se produjeron entre Gobierno y oposición antes de las vacaciones, el PP ha llegado a la convicción de que no hay territorio para el acuerdo con los socialistas en materia económica porque cree que han abandonado toda intención de acometer reformas económicas y buscan la coincidencia con los partidos de la izquierda para sacar adelante los Presupuestos.
Fuentes de la dirección popular aseguran que los contactos están completamente interrumpidos y ahora sólo cabe la batalla política frontal contra una estrategia económica frente a la crisis que el PP no comparte en absoluto.
Rajoy sólo salvó para el consenso la lucha antiterrorista y el seguimiento de la gripe A, además de la presidencia de la Unión Europea, que tendrá lugar el primer semestre del próximo año. La oposición quiere colaborar para que no sea sólo «un conjunto de fotos a mayor gloria del señor Rodríguez Zapatero».
Rajoy delimitó claramente el resto de territorios para el desencuentro con el Gobierno porque «la situación del país es difícil y no sólo en economía», según dijo, ya que el presidente «no está a la altura de las circunstancias» y hace las cosas importantes «rematadamente mal».
Completará la batalla al Ejecutivo con la presentación de sus proyectos alternativos en los distintos aspectos de la actividad social, económica y política para apuntalar su imagen de alternativa de poder.