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Carcaño tiene autorizadas las llamadas con una «admiradora»

El preso puede realizar cinco llamadas semanales. La Policía acompañó a la madre de su ex novia cuando visitó al presunto asesino de Marta del Castillo.

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Miguel Carcaño, el autor confeso de la muerte de la sevillana Marta del Castillo, tiene autorizadas conversaciones telefónicas con una «admiradora», de la que el recluso presume en el cárcel de Morón de la Frontera que es su nueva novia, según ha podido saber ABC. Carcaño, que sorprendentemente recibe cartas y regalos de mujeres, solicitó en su día también una comunicación en locutorio con ella, pero se le ha denegado, por lo que no han podido tener ningún encuentro en la cárcel.

Carcaño tiene derecho a realizar cinco llamadas telefónicas semanales de unos cinco minutos y dos comunicaciones de unos veinte minutos a través de cristales cada semana. El presunto asesino de Marta del Castillo tendría autorizadas las llamadas a esta persona, pero no así el contacto extraordinario con la misma. Según fuentes consultadas por ABC, Carcaño habría hecho uso de esa autorización para contactar por teléfono con esa «fan».

Carcaño ha recibido además visitas de Soledad, la madre de Rocío, su ex novia de Camas, con quienes también se cartearía. Al parecer, Soledad habría solicitado esas visitas para interesarse por el estado del preso. Según ha podido saber ABC, Soledad acude siempre al centro penitenciario acompañada de efectivos de la Policía. La visita de Soledad ha sorprendido, ya que en declaraciones a ABC llegó al decir que deseaba que Carcaño se pudriera en la cárcel. al tiempo que negó saber que el ex novio de su hija era el presunto asesino de Marta hasta que lo detuvieron.

Su ex novia, Rocío, llegó a decir a ABC que «se han dicho tantas cosas que son falsas... Para empezar, no estoy embarazada. Hemos tenido que escuchar cosas horribles, como que yo he participado en la desaparición de Marta o que el marido de mi madre está implicado en el asesinato». Sin embargo, meses después se retractó de sus declaraciones a los medios de comunicación y ante el juez admitió que Carcaño le confesó que había asesinado a Marta al día siguiente de desaparecer e incluso que la noche de los hechos llegó con la ropa manchada de sangre.

Ni el juez ni la Fiscalía han presentado acusación alguna contra Rocío ni Soledad. Al conocer las visitas que Soledad ha realizado a Carcaño en la cárcel, los padres de Marta del Castillo han pedido que se busque el cadáver en Camas y sus alrededores al entender que el presunto asesino de valió de terceros para hacer desaparecer el cuerpo.

Además, su abogada

En los seis meses que Carcaño lleva en la cárcel, tras ser detenido a mediados de febrero, sólo ha recibido las visitas de su abogada, Paloma Pérez Sendino, y de la madre de su ex novia, pero no de su hermano, Javier Delgado, a pesar de que éste se encuentra en libertad desde el pasado día 20 de mayo.

Miguel Carcaño recibió nada más llegar a la cárcel cartas de varias televisiones interesándose por su punto de vista sobre el asunto y también es destinatario prácticamente desde que ingresara en la prisión de cartas de admiradoras en general; una de ellas, incluso, le llegó a mandar al presidio una pulsera de regalo. Las cartas de supuestas admiradoras son recibidas con cierta frecuencia.

El presunto asesino de Marta puede recibir las epístolas porque ni Instituciones Penitenciarias ni el propio juzgado que investiga el tema mantienen intervención alguna sobre sus comunicaciones postales. Durante el primer mes que estuvo en prisión, el Juzgado de Instrucción 4 de Sevilla sí decretó la intervención de su correspondencia y de las comunicaciones telefónicas para tratar de averiguar el paradero del cuerpo de Marta del Castillo, que sigue sin aparecer siete meses después de su desaparición.

La joven sevillana desapareció el 24 de enero y, hasta la fecha, la Policía no ha logrado encajar el puzzle de los hechos ni, lo que es peor, recuperar el cuerpo de la adolescente. Los cambios de versiones de los implicados, especialmente de Miguel Carcaño, han logrado desorientar a los cuerpos de seguridad y, de paso, desprestigiarlos a ellos y a sus responsables políticos. En su primera versión, Miguel admitió el crimen ante el juez, derrumbándose por la presión policial pese a la tardanza en su detención. No expuso coartada e implicó a varios jóvenes —Samuel B. P. y «el Cuco»— asegurando que lanzaron el cuerpo de su ex pareja al río.

Pero Miguel modificó repentinamente su declaración inicial, implicando al «Cuco» —menor de edad— como autor principal del crimen. El «careo» al que el juez sometió a los dos chavales evidenció que había amplias fisuras en las declaraciones y claras contradicciones entre ellos.