Madonna cierra su gira mundial ante unos 70.000 devotos israelíes
La cantante, que no actuaba en Israel desde hacía 16 años, ofrece dos recitales en Tel Aviv
TEL AVIVActualizado:Madonna cierra su gira mundial Sticky & Sweet con dos conciertos en Tel Aviv, una decisión que no parece ajena a la devoción que la 'reina del pop' profesa en los últimos años por la mística judía, en particular por la Cábala.
El Parque Yarkón de esta urbe costera ha acogido a entre 60.000 y 70.000 seguidores de la diva, según han señalado fuentes policiales, aunque no obstante no se ha colgado el cartel de "vendidas todas las entradas". En torno al concierto, que se prolongó dos horas, se podía observar una numerosa presencia policial. Con la actuación de esta noche y otra prevista para mañana miércoles en el mismo lugar, Madonna pondrá el broche de oro a su gira mundial que ha paseado el último año por los escenarios de Europa, Estados Unidos y América Latina, para promocionar su álbum de estudio más reciente, Hard Candy.
La decisión a última hora de incluir una parada final en Israel parece estar motivada por su acercamiento al misticismo judío. La artista visitó este país en 2004 y 2007 a título privado y con el objeto de realizar una peregrinación espiritual después de convertirse en una fiel seguidora de la Cábala, que en la tradición judía se entiende como el sistema de interpretación mística y alegórica del Antiguo Testamento. Sin embargo, la cantante no actuaba en Israel desde hacía 16 años, cuando lo hizo por primera vez con The Girlie Show.
Así lo recordaba poco antes de entrar en el concierto un fan ataviado con una vestimenta característica de los años ochenta, edad dorada de la música pop y cuando la provocativa cantante del Like a Virgin se dio a conocer. "Creo que Madonna es increíble y debería venir más a menudo a Israel", afirma el seguidor, quien la pudo ver en su gira de 1993. Sobre las razones que han llevado a Madonna a encontrar una nueva fuente de espiritualidad en la Cábala, afirma: "Amor, Todo se basa en el amor y en saber dar. Ésa es la razón por la que ella sigue esta corriente y tiene tanto éxito".
Gran espectáculo
La actuación de la camaleónica artista no ha defraudado a sus fieles, que han podido verla saltar a la comba con una minifalda escocesa de colegiala, contonearse rodeando una barra americana y desfilar cual reina del pop que es, desafiando a bailarinas vestidas a su imagen y semejanza en un escenario majestuoso, el de mayor dimensión levantado en Israel.
Como viene siendo habitual en esta gira, Madonna ha rendido culto y homenaje al fallecido Michael Jackson, al que ha definido como el mejor artista de todos los tiempos, y que ha sido interpretado por un bailarín que ha realizado en conocido paso del Moonwalk al ritmo de Billie Jean. En el repertorio se han incluido canciones tan conocidas como Vogue, que han amenizado bailarines con una estética sadomasoquista, así como Holiday o Music, y composiciones recientes que se acercan al hip hop y a la música techno.
Un beso polémico
Acompañada por una docena de miembros de su equipo coreográfico y sobre un escenario flanqueado por dos enormes 'M', inicial de la cantante sobre las que aparecían pintados diamantes, la artista no ha parado de provocar al público en todo momento, que ha respondido con eufórica devoción. Entre los seguidores había de todas las edades, aunque la mayor parte del público estaba integrado por jóvenes, que han aplaudido con júbilo cuando la reina del pop le ha dado un beso de tornillo a una bailarina vestida de Madonna ochentera en la canción She is not me. Y es que un gesto semejante en la liberal Tel Aviv, que el pasado mes de agosto fue blanco de un ataque contra un centro gay, no ha pasado desapercibido.
Madonna visitó a su llegada al país el pasado domingo la ciudad santa de Jerusalén, donde hizo una rápida visita al Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para el judaísmo, y las ruinas arqueológicas que yacen bajo el Muro de las Lamentaciones.