Dos jóvenes se besan con mascarilla en abril, cuando comenzó a propagarse la epidemia de gripe A./ EFE
Sociedad

La gripe A marca distanciasPasar el virus de pie

Nada de besos, ni de dar la mano para saludarse. La propagación del virus H1N1 cambiará este invierno los hábitos de los españoles

EFE. MADRID MADRID Actualizado: Guardar
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No besar, no tocar, mantenerse a un metro en el contacto con el enfermo, evitar lugares concurridos, trabajar desde casa, consultar al médico por teléfono, extremar la higiene, no compartir cubiertos o bebidas, y tampoco el agua bendita. Es lo que se exige para frenar la expansión de la gripe A.

«Es posible que determinadas medidas deban implementarse pronto, cuando tengamos la ola epidémica del virus. Uno de cada tres españoles enfermará», declara Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, centro de referencia junto con los de Majadahonda (Madrid) y Barcelona. Las recomendaciones -principalmente lavarse las manos con frecuencia, taparse al estornudar o toser, usar los servicios médicos con prudencia y evitar el contacto físico- se cuelan desde los medios de comunicación y centros de trabajo.

En cuestiones de saludos, los europeos, y en particular los mediterráneos, son más afectuosos, las distancias son mas cortas,... «Eso es bueno», señala Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), pero en caso de una infección vírica, el temido H1N1, «es mejor no prodigarse en relaciones sociales». En esa idea abunda el mensaje que cuelga en la fachada del Colegio de Médicos de Madrid: «No beses, no des la mano, di hola». Una frase llamativa, «pero de sentido común», defiende el presidente de la OMC.

«Nadie quiere cambiar la forma de manifestar los afectos. Cuando hay una infección, no pasa nada por esperar una semanita para prodigarse en ellos», indica Rodríguez Sendín. Es una medida higiénica, igual que estornudar en un pañuelo, «o no escupir en el suelo».

Pero, ¿vamos a evitar costumbres tan arraigadas como dar dos besos en las mejillas o estrechar la mano? Una reciente encuesta de Yahoo, a la que respondieron más de diez mil internautas, concluía que un 64% de españoles no estaba dispuesto a dejar los besos de lado, mientras que un tercio renunciaría al estrecho contacto para evitar el contagio. «Sería conveniente hacerlo. Limita la transmisión», afirma Raúl Ortiz de Lejarazu, desde hace años dedicado a la vigilancia de la Gripe. «Pero, personalmente -reconoce- no me veo haciendo un gesto con la barbilla en lugar del saludo».

Cóctel de transmisión

«Todas las gripes de todas las historias se han contagiado a través del contacto físico y no por eso hemos dejado de besarnos», opina Jesús de la Gándara, jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos, sociólogo y «experto en besos», tema de su último libro. Está demostrado que cuando la gente comparte virus, se contribuye a la inmunización espontánea, explica.

Un restaurante madrileño ha sido el primero en tomar precauciones: facilita toallitas desinfectantes en las mesas y dispensadores en los aseos, y vigila que sus camareros retiren los platos con servilletas desechables para no portar el virus.

La nueva gripe pandémica había afectado a más de 15.000 personas en la tercera semana de agosto, una tasa de 41,17 casos por 100.000 habitantes, y causado más de veinte muertos en España. Los expertos insisten en que la tasa de mortalidad es mucho menor que en la gripe estacional.

Las previsiones apuntan a que entre un 20-40% de los españoles se contagiarán. «El 95% de los infectados sufrirá un proceso sin importancia. Muchos pasarán la gripe de pie, ni se enterarán», manifiesta Rodríguez Sendín.

«La población debe vivir esto con la tranquilidad que viven otros años la gripe estacional. Esta es más contagiosa, pero mucho más leve, menos agresiva, que la que estamos acostumbrados a tratar cada año», agrega.

La diferencia, a su juicio, es la atención informativa. «Entre las víctimas de accidentes de tráfico, cada fin de semana, hay también embarazadas y niños. Buena parte de ellas evitables y buena parte asociadas al consumo de alcohol. Si esas muertes se retransmitieran, una por una, y con pelos y señales, lo mismo se consiguen resultados», sugiere.