DE BROCHA FINA. Nieves y Luis Medina pintaron un cuadro contintas comestibles.
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Entre modelos y realeza

Nieves Álvarez amadrina un café y Sarah Ferguson entrega trofeos de polo en Sotogrande

SOTOGRANDE Actualizado: Guardar
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Entre modelos y realeza

Nieves Álvarez amadrina un café y Sarah Ferguson entrega trofeos de polo en Sotogrande

Tarde de polo en Sotogrande, que se va quedando pequeño. El sábado toca tirar de carretera y sobre todo de aire acondicionado, de abanico y de agua mineral para no morir en el intento. Los caballos galopan de día y la gente bien de la selecta urbanización, también. Al trote se divisa una riada de personas dispuestas a asistir a la final de la copa de oro del XXXVIII Torneo Internacional de Polo, en la verde pradera del Santa María Polo Club. Sombreros de paja, vestidos floreados, zapatillas de esparto, camisas de lino y un puñado de famosos de nivel, modelos y realeza incluida. Todo según el guión previsto.

La agenda, apretada, comienza con una invitación para poner a prueba los nervios con un buen chute de cafeína. Se llama art cooking show. Ahí va y que me perdonen los ideólogos:Se trata de pintar cuadros con tintas comestibles –dulce de leche, chocolate o sirope de frambuesa servido en tubitos– para luego mojar unos bizcochos y acompañarlos de tres dosis de café en cápsulas. Un maridaje de lo más original y calórico para catar las nuevas variedades que la firma Nespresso (sí, el que anuncia George Clooney en la pequeña pantalla. Por aquí, ni olerlo; a él, que al café de sobra. Lo más, invocarlo) pero que todavía tiene a más de uno con el baile de San Vito. ¿No querías café? Pues toma tres tazas.

Chocolate en la pernera

La modelo Nieves Álvarez y Luis Medina, hijo menor de Nati Abascal, fueron los padrinos y predicaron con el ejemplo. Acabaron con chocolate hasta en la pernera del pantalón, que la top ya traía garabateado de casa por obra y trastada de uno de sus hijos. Pasaron del todo al nada. Tras el desconcierto inicial acabaron como dos niños pequeños arrodillados delante del lienzo. Ellos y el resto de los participantes (sí, lo confieso, me puse el mandil, metí el dedo en casi todas las pinturas comestibles aunque fuera políticamente incorrecto y me piqué de lo lindo por no llevarme una cafetera fashion pese a mis picassianas obras de arte. Así que seguiré con la de melita hasta que alguien se estire. Despertando al vecindario). En el jurado, afortunadamente, no hubo ningún Risto. La cosa fue más amable. Los padrinos, el chef Iker Erauzkin y el sumiller Rafael Bellido pusieron nota a los participantes, aunque en estos ambientes donde la diplomacia se lleva a rajatabla no existe el cero patatero. Lo feo se bautiza como abstracto y tan amigos.

Nieves, tan escultural como de costumbre y madre de tres hijos con los que se les cae la baba, confesó ya sin delantal que está muy ilusionada con volver a desfilar en la pasarela Cibeles. Será de la mano del modisto Elio Berhanyer y compartirá tablas con otras top de su hornada como Judit Mascó o Helena Barquilla. «No es sólo por volver a subir a Cibeles, que es un sitio al que tengo muchísimo cariño, sino también por compartir pasarela con mi generación». Reniega de la jubilación anticipada de la pasarela, con razón. «Yo, por ejemplo, me encuentro mejor ahora pero quizá las modelos de la nueva generación son muy jóvenes. Creo que determinada ropa, como la alta costura, queda mejor en una cierta edad que en mujeres tan jóvenes». Dicho queda.

La duquesa y sus hijas

Ella se prepara para desfilar y otras ya lo hacen a paso ligero. Así arribó la duquesa de York, Sarah Ferguson, acompañada de sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. La ex mujer del príncipe Andrés de Inglaterra, que ha compartido con ellas unos días de vacaciones en la costa gaditana aunque no haya asomado el flequillo ante los paparazzis, no falta a su cita anual con el deporte equino. Ayer disfrutó en familia de la final y fue la encargada de entregar las relucientes copas a los ganadores. Con conjunto ibicenco y melena al aire, enseñó dentadura a los fotógrafos, que para eso es ‘cum laude’ en besamanos tras su periplo como nuera de la reina de Inglaterra.

Pena que esta vez, como antaño Anita Obregón, la única de la familia real británica que asoma por estos lares sólo haya hecho un posado veraniego rodeado de fornidos jugadores de polo. ¡Con el juego literario que dan sus pillados haciendo footing en pantalón ciclista!. Quizá tiene que ver lo que Sarah llegó a decir en unas confesiones catódicas en la televisión británica que dejaron a más de uno con el mando colgando: que se sentía fea y gorda. Ahora, sólo media un año, luce minifalda muy a lo hippie chic. Con un par... de tacones.

Entre modelos y realeza

DE BROCHA FINA. Nieves y Luis Medina pintaron un cuadro contintas comestibles.