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Los 13.000 'ricos' de Cádiz

El Ejecutivo se fija en los salarios por encima de los 60.000 euros anuales para su próxima reforma fiscal

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Si está tomando un baño en La Caleta, de paseo por el centro comercial Bahía Sur o entre el patio de butacas del Teatro Villamarta, sepa que, entre sus obligados vecinos o acompañantes hay, al menos, una persona rica. En la provincia toca a uno de cada cien, así que no es de extrañar que se tope con alguno en cualquiera de esos escenarios.

No es tan complicado porque las cifras de ganancias que dio hace unos días el ministro de Fomento, José Blanco, para poder denominar al contribuyente con esa siempre bienvenida etiqueta, fue la de los 60.000 euros declarados al fisco. Los nombró para recordarles, mejor, para hacer una propuesta que ha traído cola: que sean a estas personas a las que se les suban los impuestos para compensar la mayor inversión del Estado en tiempos de crisis en políticas sociales y obra pública generadora de empleo.

La medida afectaría a algo más de 13.000 gaditanos -de los 1.200.000 habitantes-, los mismos que en la declaración de la renta de 2008 justificaron ante a Hacienda unos ingresos superiores a los diez millones de las antiguas pesetas. De ellos, 11.500 declararon ganar hasta 150.000 euros netos anuales y sólo 1.568 presentaron unos números superiores a los 150.000 euros.

Son los súper ricos de una provincia heterogénea, en la que el desequilibrio entre sueldos se ha constatado esta misma semana con la noticia de que siete de cada diez asalariados sobreviven con mil euros al mes. De esta forma, el grupo de trabajadores más numeroso en Cádiz lo conforman los que suman con sus nóminas entre 12.000 y 21.000 euros anuales. En total son poco más de 130.000.

El siguiente tramo de ingresos en reunir a más contribuyentes es aún más significativo. 106.011 gaditanos declararon a Hacienda unas ganancias oscilantes entre los 6.000 y los 12.000 euros. Igual de escandalosa es la cantidad de personas que tan sólo pudieron justificar en 2008 la bancarrota: 3.753.

El nicho de los que no tienen que hacer demasiados números para llegar a fin de mes lo ocupan casi 65.000 personas (ganan entre 21.000 y 30.000 euros anuales). Y más de 50.000 declarantes pueden permitirse algún que otro capricho. Además se escaparían por los pelos, o por dos duros, (cobran entre 30.000 y 60.000 euros al año) del órdago lanzado por José Blanco.

La subida de impuestos para las rentas más altas sugerida por el ministro suscitó inmediatamente las críticas del PP y provocó la amenaza de Convergencia i Unió, de no apoyar en el Congreso los proyectos económicos del Gobierno si se llega a materializar esa medida.

De ahí que al menos por ahora a los 13.000 gaditanos adinerados -en Andalucía hay unos 90.000- no se les vayan a descuadrar las cuentas. Han sido varios los colectivos que han salido en defensa del mantenimiento del gravamen impuesto para este grupo de declarantes. La mayoría, y en un provincia marcada especialmente por el desempleo y las desigualdades económicas, se dedica a profesiones liberales o son directivos de empresas.

Gravamen por patrimonio

Según datos ofrecidos por Gestha (técnicos del Ministerio de Hacienda) más de 71.000 andaluces que trabajan por cuenta ajena obtienen unos ingresos superiores a los 60.000 euros. En la misma situación se encuentra sólo el 8% del censo de empresarios -unos 22.000-. Ante estos resultados «algo falla», es el mensaje de los técnicos de Gestha, que consideran que el nivel de fraude en el sector empresarial es excesivamente alto en toda España. Por esta razón, los de Gestha han sido los primeros en recordar el amenazado Impuesto sobre el Patrimonio. Así, han pedido que se restituya el tributo sobre las grandes fortunas, a aquellos contribuyentes que declaran más de un millón y medio de euros sobre patrimonio en lugar de subir el IRPF, para gravar más «a quien tiene mucho más y no a quien declara ganar más».

2.008 acaudalados gaditanos se encontrarían en esta situación. En Andalucía son 13.207, tan sólo un 2,8% de los declarantes, mientras que en España el porcentaje sube hasta casi el 4%. Bienes inmuebles, sobre todo segundas viviendas y fincas rústicas; y capital mobiliario, grosso modo, acciones; no pueden escapar al control de Hacienda. Las joyas, las pieles, las obras de arte y antigüedades -recuerdos del caso Malaya-apenas se justifican. Lo que dicen los de Gestha: «no es más rico quien más gana, sino quien más tiene». Dándole la vuelta al refrán: «El oro no siempre reluce».