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ÁNGEL ROA DTOR.TERRITORIAL

«La fusión de 1991 ha sido un ejemplo de éxito financiero»

A. M. R.
CÁDIZActualizado:

Toda la vida detrás de una mesa de la Caja de Ahorros de Cádiz. Más de 40 años que en los últimos 18 mutaron de entidad meramente gaditana a Unicaja. Actual director territorial de la entidad andaluza, Ángel Roa recuerda la fusión como «todo un ejemplo de éxito en el mundo financiero». En época de rumores de más integraciones, recuerda que la transformación desde la localista Caja gaditana a la regionalista e incluso nacional Unicaja «fue una consecuencia lógica de la expansión que estábamos viviendo a mediados de los ochenta».

Ante la pregunta de cómo se tomó el vecino de toda la vida la desaparición de Cádiz de los membretes, admite que «se hizo muy bien y la gente lo comprendió bastante bien porque aquí en la oficina seguíamos los de siempre». Sin embargo, el concepto de fidelidad que tanto influía hace tres decenios («que casi hacía que los ciudadanos fueran de una caja como un de equipo de fútbol») se ha perdido con el tiempo. «El negocio ha crecido y se ha diversificado tanto que se manejan otros conceptos, aunque siempre quedará quien siga diciendo que viene a la Caja de Cádiz».

En la historia de la Caja de Cádiz hay dos Jesús Cañas. El padre llegó a ser director de la entidad a mediados de los 70. El hijo entró tras un duro proceso de selección cuando el progenitor dirigía la institución y a los pocos meses se convirtió en el primer delegado sindical, con lo que eso significaba de contraste. Desde ese momento, el desempeño del joven pasó por todos los estados, desde responsable de préstamos a analista, responsable de formación o asesor personal de Juvencio Maeztu, el último presidente de la firma gaditana, en los días previos a la fusión. Como histórico de la Caja de Cádiz, ensalza a sus compañeros: «Éramos los más preparados de las cinco cajas que formaron Unicaja», recuerda. También rememora que «el proceso fue ejemplar» tanto en la creación de una nueva marca como en la preparación de miles de empleados «que venían cada uno de culturas distintas».

Crítico y reivindicativo, defiende el carácter gaditano pese a todo. Eso sí, lamenta que Unicaja se asocie aún hoy demasiado a Málaga (la toma de decisiones, la representación, el equipo de baloncesto) y que la obra social (que dirigió durante un corto periodo de tiempo) no haya impregnado como debe en Cádiz. En especial, le duele que Cajasol haya ganado la batalla por patrocinar el Carnaval.