Ted, durante una visita al desaparecido Muro de Berlín.
MUNDO

El valedor de Obama

El fallecido senador nombró al actual presidente heredero de la saga familiar

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Aquel 28 de enero de 2008 queda lejos, borroso, como si perteneciera a un pasado mucho más lejano. Aquel día perdido en la memoria fue fundamental para Barack Obama. Su encarnizada lucha con Hillary Clinton por obtener la nominación del Partido Demócrata se acercaba a su punto álgido: el Supermartes previsto apenas unos días después en el que 22 estados votaban por su candidato favorito. Entonces, el clan Kennedy entró en escena con Edward a la cabeza. En un mitin multitudinario, ofreció su codiciado respaldo al líder afroamericano, que iba por detrás en las encuestas. El resultado de la pugna interna y la posterior carrera a la Casa Blanca es de sobra conocido.

Ayer, un asesor despertó a Obama en su casa de vacaciones a las dos de la madrugada para darle la amarga noticia. Había muerto su «colega, consejero y amigo», como le definió ya por la mañana el presidente. Incluso, evocó en su discurso aquel 28 de enero. «Aprecié la confianza y apoyo trascendental que me brindó durante mi campaña. Mientras él luchaba valientemente contra una enfermedad mortal, yo me beneficié de su sabiduría y su ánimo», confesó.

Lo cierto es que el líder afroamericano fue mucho más que una apuesta política de Ted Kennedy. Junto a su sobrina Caroline -hija de JFK-, señaló a Obama como el auténtico heredero de la saga familiar. «Como tú, nosotros también queremos a un presidente que apele a la esperanza de aquellos que todavía creen en el sueño americano», proclamó Ted. El ahora presidente le dio ayer la réplica poniendo de relieve la especial conexión que les unía a ambos. «Para su familia fue un guardián, para EE UU un defensor de su sueños», enfatizó antes de alabar su legado. «Alcanzó millones de vidas. A los jubilados que ahora viven con mayor dignidad, a familias que ahora tienen nuevas oportunidades, a los niños que ahora conocen las promesas de contar con una educación y a todos aquellos que, como yo, quieren una América más justa e igualitaria», enumeró.

Fiel hasta el final

Ted Kennedy, incluso, exhibió su fidelidad a Obama hasta el último momento. Consciente de la batalla que se libra en las instituciones norteamericanas por la reforma sanitaria del presidente, recientemente pidió a su partido que acelerara los trámites para su sucesión como senador por Massachusetts. Con su muerte, los demócratas pierden temporalmente la cómoda mayoría que disfrutaban en el Senado y facilitan a los republicanos la posibilidad de dilatar la nueva legislación de salud. En cualquier caso, nadie duda de que otro demócrata heredará el escaño de Kennedy tras las elecciones en el estado.