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Capote, tinta en la sangre
Hoy se cumplen 25 años de la muerte del escritor estadounidense, autor de 'A sangre fría' y 'Desayuno con diamantes'
Actualizado: GuardarEn noviembre de 2004, la casa Sotheby's anunció que iba a subastar en Nueva York el manuscrito de la primera novela de Truman Capote. Se trataba de los originales de Crucero de verano, unos textos escritos en tinta, en cuatro cuadernos que el escritor estadounidense comenzó a redactar a los 19 años, y que más tarde, según confesaría a un grupo de amigos, había destruido y arrojado a la papelera.
Nadie sabía, pues, de la existencia de aquellas libretas escolares, que Truman Capote había dejado abandonadas, junto a otros documentos y fotografías, en su apartamento en alquiler del sótano de la casa de Brooklyn Heights, al trasladarse a otro barrio más elegante de Nueva York en 1966, después del éxito y la prosperidad alcanzados gracias a su novela A sangre fría.
Años después, el sobrino del superintendente de aquel edificio dio con los manuscritos y decidió venderlos a Sotheby's, la reconocida casa de subastas fundada en Londres y más tarde acomodada en Nueva York. Los manuscritos, finalmente, gracias a los albaceas de su obra, pasaron a formar parte de la colección Truman Capote de la Public Library de Nueva York.
Lo cotidiano y la ficción
El escritor y periodista, fallecido en Los Ángeles a causa de una dolencia hepática el 25 de agosto de 1984, hace hoy 25 años, había abandonado en su domicilio de Brooklyn su primera novela, y acaso la obra más reveladora de su futura carrera como escritor, pues ya en Crucero de verano se distingue la brillantez de su prosa, su lirismo, su afán por intervenir en la realidad de los hechos, su anhelo por mediar en sucesos ficticios. Su deseo, en fin, de convertir la literatura en un campo de experimentación en el que la realidad y la ficción han de tomar indefectiblemente el mismo camino.
Su obra, pues, desde esta primera novela de adolescente ya maduro -quizá influido por la tormentosa infancia que le tocó vivir- hasta los relatos de ficción y no ficción que en 1980 publicara con el título de Música para camaleones, es una indagación entre lo cotidiano y la ficción; una apuesta por la literatura, vivida en cada acto, en cada pasaje de su vida, en un curioso discurso de la realidad en que las experiencias vitales pasarán a formar parte de la ficción literaria, y la imaginación y lo ficticio se integrarán, igualmente, en su propia realidad.
Un portavoz de los forenses que le practicaron la autopsia indicó: «El análisis toxicológico ha demostrado que Truman Capote había consumido únicamente los medicamentos que se le habían recetado para tratar sus problemas de insomnio, ansiedad, dolores en las piernas y convulsiones epilépticas. Igualmente no se han encontrado señales de alcohol, ni los niveles de los fármacos eran letales, pues todo ha indicado un uso regular de acuerdo con su historial médico anterior», señaló el médico forense.
Con esta declaración se acallaban los rumores que en las horas posteriores a su fallecimiento, en casa de su amiga Joanne Carson, en Los Ángeles, habían alertado sobre una posible muerte por sobredosis de narcóticos y psicofármacos, dado su proverbial apego a las drogas, los medicamentos y el alcohol.
Y es que el autor de 'Desayuno con diamantes' -también traducida como Desayuno en Tiffany's- y A sangre fría había cosechado durante su excéntrica vida una cierta fama de alocado e inmoral, y hasta de promiscuo y extravagante que nunca ocultó desde que, con la publicación de sus primeras obras, se hiciera pública su homosexualidad y su tendencia al abuso de las drogas y del alcohol.
La literatura como escape
Truman Streckfus Persons, que así se llamaba en realidad, nació el 30 de septiembre de 1924 en Nueva Orleáns. En granjas del sur pasó su infancia, y comenzó a escribir a los 8 años de edad, tal vez buscando un escape a su soledad y reclusión entre personas mayores, después de que sus padres se separaran, y él se viera obligado a vivir con cuatro ancianos en Alabama.
Ese tiempo de introspección daría paso, según sus propias palabras, a «una forma especial de ver y oír», muy condicionada por su propio mundo interior, por su forzado aislamiento: «Comencé a escribir cuando tenía 8 años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que sólo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar claqué y hacer dibujos. Entonces, un día, empecé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble, pero implacable dueño», dejó escrito Capote.
Truman estudió en el Trinity School y en la St John's Academy de Nueva York, adoptó su apellido de su padrastro, el segundo marido de su madre, un cubano llamado García Capote, y aún adolescente, ejercía ya como redactor en la revista The New Yoker, la publicación que le brindó la oportunidad de convertir en pura literatura cualquier ejercicio descriptivo o reflexivo sobre la sociedad que le había tocado vivir. No en vano su abogado, y más tarde fiduciario de su legado, Alan U. Schwartz, señalaría en el epílogo de Crucero de verano -libro que, como la gran mayoría de su obra, publicó en Estados Unidos Randon House, y en España Editorial Anagrama-: «Entre sus muchos talentos, Truman poseía el de gran mistificador, y a menudo era muy difícil saber si hablaba de hechos o de ficción».
A los 21 años, tras la publicación en la revista Mademoiselle del cuento titulado Miriam, se le otorga el premio O'Henr y consigue el favor de la crítica. No falta quien compara su prosa con la de Edgar Allan Poe. Otras voces otros ámbitos es su primera novela que ve la luz -aunque ya había escrito el primer borrador de Crucero de verano, su primera obra novelística, que se publicaría en 2005, muchos años después de su fallecimiento-, y a la que siguen múltiples escritos periodísticos, reportajes en los que acaso añade elementos de ficción; relatos con personajes extraordinarios, y crónicas noveladas del mundo real.
Así, entre sus obras destacan: El arpa de hierba -que publicaría primero como novela en 1951, y un año después como obra de teatro- Se oyen las musas, Desayuno en Tiffany's, Los inocentes -un guión, basado en la obra Una vuelta de tuerca, de Henry James- , A sangre fría -la novela no ficción que le otorgaría mayor celebridad y el favor de los críticos-, Los perros ladran -una recopilación de artículos de viajes-, Música para camaleones -relatos de ficción y no ficción-, y sus dos novelas póstumas Plegarias atendidas y Crucero de verano.
Nuevo periodismo y cine
Su novela A sangre fría, publicada en 1966, se convierte en paradigma del nuevo periodismo estadounidense, pero también en referencia de una moderna novelística, la llamada non-fiction-novel. Esta obra, que le llevó a Truman un lustro de indagación tras el asesinato de la familia Clutter, de Kansas, fue llevada al cine por el director Richard Brooks un año más tarde de la publicación de la novela, hecho éste determinante en la popularidad y celebridad alcanzados por Truman Capote que se convertía de esta manera en uno de los escritores más afamados de su época, más aún cuando en 1961 Blake Edwars ya había llevado al cine Desayuno en Tiffany's, protagonizada por Audrey Hepburn.
La relación de Truman con el cine sería vehemente y fructuosa, tanto en su papel de autor adaptado, como en el de guionista, o asesor o escenógrafo, o incluso como actor en Un cadáver a los postres, de Robert Moore.
Después de su muerte el cine da cuenta de la vida de Capote en un filme de 2005 titulado Truman Capote, con dirección de Bennet Miller, en el que se relata la investigación y los hechos que dieron lugar a la novela A sangre fría, así como la relación de Capote con uno de los asesinos del crimen de Kansas.
Y un año después, en 2006, se lleva a la pantalla Infamous (Historia de un crimen), de Douglas McGrath, después de la adaptación de la biografía que George Plimpton escribiera sobre Truman Capote sirviéndose de 120 testimonios de personas que conocieron al periodista y escritor.
La otra soledad
Aclamado por la crítica, y convertido en protagonista mediático, Capote coqueteó con la aristocracia neoyorquina , al menos hasta la publicación de determinados relatos en que llegó a contar, en un finísimo estilo, las intimidades innombrables de sus amigos de la alta sociedad.
Realizó también entrevistas para la revista Playboy y nunca ocultó su descarnada afición a la vida disoluta, de la que hizo gala hasta su muerte en agosto del año 1984.
Sus últimos años fueron, acaso, de soledad, como su infancia en las granjas de Alabama. Su tremendismo vital, sus excentricidades, y sus escritos le fueron alejando de esa existencia de artificio que suele colmar los actos sociales. Alan U. Schwartz escribe: «Cuando murió, poco antes de cumplir sesenta años, le quedaban pocos amigos y había dejado que su ingenio se volviera venenoso y que la imaginación desfigurase la realidad hasta tornarla irreconocible».
Por aquella época, Truman pedía un vaso grande de zumo de naranja en el restaurante donde solía comer, enfrente de su apartamento en la Plaza de las Naciones de Nueva York. Pero, en realidad, los camareros, cómplices, le servían desde el mediodía, vasos de vodka camuflados con zumo de naranja.
Enterrado en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, en California, Truman Capote se llevó a la tumba muchos secretos de su vida disipada y licenciosa, pero, sobre todo, se guardó el secreto de su extraordinaria prosa novelística o periodística, y de la certeza de lo que inventó y de lo que tomó de la realidad.
Más cuentista que novelista, más cronista que fabulador, Truman Capote destaca más por su calidad literaria -su hábil manejo del lenguaje, la riqueza psicológica de sus personajes, su capacidad para componer perfiles humanos, la profusa y diestra utilización del humor, la sensualidad, lo fantástico y hasta lo metafísico- que por su abundancia de títulos y extensión de sus libros.
En su obra periodística -particularmente en sus reportajes- el autor indaga, desde muy joven, en esa frontera entre la realidad y la ficción que el escritor traspasaría una y otra vez, incluso en otros géneros literarios: teatro, ensayo, novela o guión.
Precursor de una nueva periodística y de una nueva novelística, la llamada novela no ficción, Capote dejó un legado que le distingue como uno de los más importantes escritores estadounidenses del siglo XX.
Entre su obra esencial, al margen de sus cuentos publicados en periódicos y revistas, sus crónicas, sus reportajes, sus perfiles de personajes, sus guiones más o menos afortunados, sus artículos, o sus ensayos, destacan los títulos: