Un funcionario controla las urnas cerradas con los votos depositados por los afganos en las elecciones. / AP
MUNDO

Karzai y Abdalá se adjudican la victoria

La Comisión Electoral reclama mesura a los candidatos y anuncia los primeros resultados orientativos para el próximo martes

ENVIADO ESPECIAL. KABUL Actualizado: Guardar
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Afganistán no es un país acostumbrado a elecciones y Hamid Karzai no es un político habituado a tener competencia, pero tras años como cabeza visible del Estado le ha surgido un serio rival. Cerradas las urnas, empezó la batalla psicológica. El portavoz del líder pastún dio los buenos días a los ciudadanos del país anunciando la mayoría absoluta de Karzai al asegurar que «nuestras indicaciones demuestran que nuestro candidato va en cabeza. Por supuesto, esperaremos al escrutinio pero podemos predecir ya que tendrá más del 50% de los votos y por tanto ganará en la primera vuelta». Un resultado basado en los 29.000 observadores de la candidatura a lo largo del país.

Al poco rato, el despacho de Abdalá Abdalá reaccionaba de la misma forma e iba más lejos afirmando que, según las primeras estimaciones, su candidato alcanzaba «el 63% de los votos». Una respuesta acompañada de denuncias de fraude por la presunta compra de votos por parte de su rival.

La desbordada Comisión Electoral Independiente (CEI) de Afganistán pidió mesura a ambos candidatos y, tras anunciar el fin del recuento de votos, aplazó la publicación de los primeros resultados hasta el próximo martes. El 17 de septiembre, finalizada la festividad del ramadán, se conocerán los datos definitivos de las segundas elecciones presidenciales de la historia del país. Con un presupuesto anual de menos de un millón y medio de euros, que apenas alcanza para cubrir los sueldos de personal y la gasolina que necesitan para moverse por el país, esta comisión es la encargada de la organización de unos comicios que, por primera vez, tienen liderazgo afgano.

El portavoz comunitario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, John Clancy, felicitó en nombre del Ejecutivo de Bruselas al pueblo afgano por su «éxito». El comandante de las tropas extranjeras desplegadas en el país, Stanley McChrystal, también alabó en un comunicado el «trabajo encomiable» de las Fuerzas de Seguridad para proteger el voto. El dispositivo de 300.000 hombres, entre fuerzas afganas e internacionales, y la contratación de milicias locales no pudieron evitar la muerte de más de medio centenar de personas en los distintos ataques sufridos a lo largo del país.

Cinco años y miles de vidas después de las primeras presidenciales que auparon a Karzai al, los responsables electorales anunciaron que la participación estaría «entre el 45% y 50%», una cifra muy lejana al 70% del 2004. Los pasillos del hotel Intercontinental echaban humo. Allí tienen su cuartel general las principales misiones de observadores internacionales que se han desplazado a Afganistán, entre ellos los de la Unión Europea, y sus impresiones off the record no concordaban con el mensaje triunfalista de una comunidad internacional que se apresuró a parar los pies de Karzai y Abdalá en cuanto comenzaron a difundir la noticia de sus resultados personales.

El enviado de la Casa Blanca al frente Af-Pak, Richard Hoolbroke, presente en la jornada electoral en Kabul, aprovechó para reunirse con los dos favoritos al triunfo final y aseguró que tanto EE UU, como el resto de países que forman parte de la misión de apoyo al Gobierno afgano, «vamos a respetar el proceso hasta el final, no vamos a apoyar a ninguno de ellos». Adelantándose a los acontecimientos, aseguró que «siempre hemos sabido que iban a ser unas elecciones controvertidas. No me sorprendería que los candidatos reclamasen la victoria y denunciasen fraude en los próximos días».

Mapa étnico

«Representan a las dos etnias más importantes del país y si empiezan a movilizar a su gente para que salga a las calles resultaría fatal. La unidad nacional depende ahora del entendimiento entre estos dos grupos y sus líderes no parecen dispuestos a entenderse», advierte preocupado el director del Centro Afgano de Estudios Políticos, Haroun Mir, ante la situación de enfrentamiento de etnias.

La agencia local afgana Pajhwook realiza un seguimiento detallado provincia por provincia y, según sus primeras informaciones, el mapa étnico del país estaría dibujando los posibles resultados en las urnas. Karzai sería el más votado en las zonas sur y este pastunes, y Abdalá estaría consiguiendo sus principales apoyos en la zona norte del país, el lugar con mayor presencia tayika. Ambos mandatarios están protagonizando «un duelo muy parejo» y los resultados pueden estar muy reñidos, advirtió la agencia afgana.

Con el recuento terminado y en pleno ramadán, Afganistán pasa página electoral hasta muy pronto, ya que en 2010 los ciudadanos será llamados de nuevo a las urnas para los comicios legislativos, una nueva prueba de fuego para medir la confianza del pueblo afgano en el sistema importado por la comunidad internacional y otro nuevo test para la seguridad del país. De momento el país está a la espera de la publicación de los primeros resultados el próximo martes.