El Congreso dará la espalda a las denuncias de persecución del PP
Ningún otro grupo apoya la citación urgente de la vicepresidenta, el ministro del Interior y el fiscal general
COLPISA. MADRID MADRID Actualizado: GuardarEl PP no encontrará solidaridad en el Parlamento a su denuncia de persecución y espionaje. El Congreso le dará la espalda en la reunión de la Diputación Permanente que se celebrará el próximo martes, en la que el Grupo Popular no reunirá los votos que necesita para lograr que comparezcan con urgencia la vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega, el fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Al rechazo de los socialistas a la citación se sumarán los restantes grupos de la izquierda, Esquerra Republicana de Catalunya, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya y el grupo mixto representado por el Bloque Nacionalista Galego. El PNV no ha informado del sentido de su voto, y fuentes del Grupo Catalán señalaron que en ningún caso prestarán apoyo a las pretensiones del PP y todavía se debaten entre el no y la abstención. Es habitual que CiU se oponga, o al menos se inhiba, a las propuestas del primer partido de la oposición que considera que sólo sirven para aumentar la bronca política.
Después de que la vicepresidenta anunciara el recurso fiscal al archivo de la causa contra Francisco Camps por el caso Gürtel, el Grupo Popular presentó la demanda de comparecencia que Fernández de la Vega informe «de las directrices que se han dado desde el Gobierno a la Fiscalía y a otras instituciones del Estado para la persecución de dirigentes y militantes del PP».
Acusaciones
El partido opositor acusa al fiscal general de perseguir a los dirigentes populares y actuar con pasividad ante los casos que afectan a los socialistas, y quiere que dé cuenta «de las actuaciones iniciadas por la Fiscalía contra los miembros del PP y el resultado de esas actuaciones, así como contra miembros del PSOE, especificando el resultado de las mismas». Y al titular de Interior le reclama que explique «la constante utilización partidista y sectaria de la policía judicial» contra miembros del PP.
El Grupo Popular da por hecho el fracaso de sus iniciativas. Le basta con el debate político que se producirá en la Diputación Permanente y que le permitirá trasladar al ámbito parlamentario la denuncia de la campaña de descrédito y persecución de la que se siente víctima y que han aireado en los medios de comunicación.
El Grupo Popular concede gran relevancia a esta sesión parlamentaria, y encargará las intervenciones a diputados destacados. La portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, podría encargarse de exigir la comparecencia de la vicepresidenta; el responsable de Justicia y Libertades Públicas, Federico Trillo, debatirá las actuaciones del fiscal general del Estado, y el número dos del grupo, Arturo García Tizón, se responsabilizaría de reclamar explicaciones al ministro del Interior.
«No creo que consigamos apoyo para que prosperen las iniciativas porque no suelen prestárnoslo el resto de grupos parlamentarios en estos asuntos», comentó un miembro de la dirección del Grupo Popular, consciente de que los precedentes apuntan en esa dirección. No obstante, los parlamentarios del partido opositor se proponen buscar el voto favorable de otros partidos en conversaciones de los próximos días.
El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, insistió ayer, en rueda de prensa, en denunciar la persecución que sufre el partido y la utilización del Gobierno «de la Fiscalía y la Policía para perseguir, menoscabar el prestigio o arrinconar a la oposición».
Además, González Pons dijo que su partido no se siente tranquilo porque tiene la sensación de que ambas instituciones «reciben órdenes políticas» de los socialistas en el poder.
El Rey recibirá el próximo miércoles al presidente del Gobierno en su residencia veraniega del palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. Se trata del tradicional despacho de trabajo entre el jefe del Estado y el jefe del Ejecutivo que pone fin a las vacaciones estivales y abre el curso político.
José Luis Rodríguez Zapatero asistirá además acompañado de su esposa a la cena que suelen ofrecer los Reyes tras la reunión. En el encuentro es previsible que aborden la reciente ofensiva terrorista en la isla balear así como las últimas detenciones de miembros de ETA en Francia y el desmantelamiento de media docena de depósitos de armas y explosivos.
A diferencia de otros veranos, en éste sólo se producirá un encuentro del Rey y el presidente del Gobierno ya que la agenda de don Juan Carlos impidió que se celebrara la entrevista de primeros de agosto.
Antes, el jefe del Ejecutivo mantendrá una entrevista informal con el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero. La cita es para el sábado en un hotel de Lanzarote, isla en la que Rodríguez Zapatero ha pasado las vacaciones veraniegas junto a su familia.
La agenda del presidente del Gobierno de este mes tiene apuntada una reunión más, la que mantendrá en Estocolmo con su homólogo sueco, Fredrik Reinfeldt, el 31 de agosto. Ambos gobernantes abordarán en su charla la coordinación del relevo en la Presidencia de la Unión Europea, cargo que desempeña Suecia en el segundo semestre de este año y que corresponderá a España en los primeros seis meses de 2010.
Será el inicio de una apretada agenda internacional que llevará al presidente de Gobierno en septiembre a Nueva York para intervenir ante la asamblea General de la ONU y a participar en la ciudad norteamericana de Pittsburg en la reunión de países del G-20.