Obama y Mubarak creen que el conflicto palestino camina «en dirección correcta»
Los presidentes estadounidense y egipcio no ocultan su optimismo sobre la inminencia de una nueva hoja de ruta
| CORRESPONSAL. WASHINGTONActualizado:Algo debe estar pasando entre bambalinas para que tanto Barack Obama como Hosni Mubarak coincidieran ayer en ver progresos hacia la paz en Oriente Próximo. Según dijo el portavoz egipcio Soliman Awaad a la prensa de su país, el presidente estadounidense incluso espera que se pueda establecer una nueva hoja de ruta durante septiembre, tras la reunión que sostendrán la semana que viene su enviado especial George Mitchell y el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.
Los dos mandatarios se habían puesto de acuerdo durante una larga reunión de trabajo a la que siguió un almuerzo amistoso en la Casa Blanca. El norteamericano basa su optimismo en la orden temporal de Netanyahu de que no se concedan nuevos permisos para asentamientos en Cisjordania de cara «a un entendimiento con la Administración Obama y un acuerdo de paz» con los palestinos, había dicho el ministro de Vivienda, Ariel Atias, en Jerusalén. «Damos pasos en la dirección correcta», afirmó ayer complacido el presidente egipcio de 81 años.
Mubarak anunció que los estados árabes están dispuestos a ayudar si Israel y Palestina regresan a la mesa de negociaciones, pero no dio muestras de ofrecer ningún gesto hacia Tel Aviv, como le pide Washington, y se declaró contrario a soluciones temporales. Sólo Jordania y Egipto reconocen el Estado de Israel. Obama intenta convertir a Mubarak en su principal aliado de cara al mundo árabe, pero para ello necesita que sea un ejemplo democrático, algo que le queda muy lejos tras veintiocho años en el cargo.
Aferrado al poder
En la misma conferencia de prensa, el presidente egipcio indicó su intención de seguir aferrado al poder al presentarse a las próximas elecciones dentro de dos años. Admitió que las reformas democráticas en su país habían sido parte de las conversaciones con el anfitrión estadounidense, que le mostró su «preocupación» por la necesidad de reformas en el sistema político egipcio. Algo a lo que Mubarak le contestó que ya había empezado «a implementar algunas y todavía hay dos años para seguir haciéndolo». Se cree que prepara a su hijo Gamal para que le suceda, dado su frágil estado de salud.
Ésta era la primera visita de Mubarak a la Casa Blanca desde 2004, tras el enfriamiento de las relaciones con el gobierno de George W. Bush a raíz de la invasión de Irak y sus demandas sobre el respeto a los derechos humanos en Egipto. Por eso, el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs había advertido a la prensa que no esperase grandes anuncios tras el encuentro, sino que lo valorase como un esfuerzo más de Obama hacia Oriente Próximo.
La víspera Mubarak había hablado telefónicamente con el vicepresidente, Joe Biden, y se había reunido en persona con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuyo marido propició durante su presidencia buenas relaciones con el presidente egipcio.