Jenaro Jiménez, antes de huir. / LA VOZ
Ciudadanos

Confianza traicionada

Los principales afectados por las supuestas estafas de Jenaro Jiménez eran de su círculo más cercano: amigos, colaboradores y familiares

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Amigos, colaboradores, socios e incluso familiares entran en la nómina de supuestos afectados por las estafas presuntamente cometidas por Jenaro Jiménez, el gaditano que hace 16 meses viajó a Paraguay tras fingir su desaparición en las playas de Tarifa.

Supuestamente huía de ellos y de sus deudas, cuando en abril de 2008 emprendió un viaje rumbo a Sudamérica, volando de incógnito con un pasaporte falso desde Gibraltar. Ahora, Jenaro está en prisión preventiva en la cárcel de Soto del Real, en Madrid, tras ser detenido en el aeropuerto de Barajas cuando regresaba a casa con la intención de entregarse.

Además de los lazos de amistad e incluso consanguinidad, Jenaro mantenía con sus amigos y familiares relaciones comerciales y negocios. Como muestra, su oficina y puesto de trabajo habitual, que estaba situado en los despachos de su propia hermana, en una asesoría laboral de la Avenida donde Jenaro ejercía como corredor de seguros.

Sus negocios, no obstante, se fueron diversificando con el tiempo, desde la hostelería al jugoso mercado inmobiliario, en el que estaba implicado como promotor de dos empresas, en las que figuraba como administrador y socio al 50%: Emblematic House y Casas de Cádiz, con las que inició al menos tres viviendas en el centro de Cádiz -en la calle Veedor y Churruca- y en la calle Marconi, en la Plaza de Santo Tomás. En estos negocios involucró también a sus propios familiares. De hecho, vendió una de las viviendas de este último edificio a un miembro de su familia política, al que cobró 47.000 euros el día antes de escapar como adelanto de la adquisición, a pesar de que la vivienda ya había sido vendida a otra persona.

Cuando Jenaro Jiménez desapareció a comienzos de 2008, estas viviendas seguían aún sin terminar. Y según investigan los Juzgados de Instrucción Número 2 y 4 de Algeciras y Cádiz, el empresario podría haberse apropiado no sólo del capital social de al menos una de las dos empresas, sino además, de los adelantos entregados por los compradores de las casas. Indicios de una apropiación indebida, pero también de un posible caso de estafa. El empresario ha sido imputado, de hecho, por ambos delitos, además de otro por falsificación documental en el juzgado número 4 de Cádiz.

La Policía desconoce aún el importe exacto del dinero que Jiménez pudo llevar consigo en el viaje hasta Paraguay, aunque ha sobrevivido durante más de un año de incógnito y, supuestamente, sin colaboración de amigos ni familiares en el país sudamericano, donde falsificó su identidad bajo el nombre de Álvaro Domecq. Parte del montante de dinero que se investiga extraviado podría, igualmente, haber sido utilizado antes de la fuga para cubrir deudas antiguas.

Denuncias a los dos meses

La confianza con la que forjó todos sus negocios, sin embargo, se derrumbó al poco tiempo de la desaparición. Y fueron precisamente sus compañeros de negocios más cercanos -quienes mejor los conocían- los que presentaron las primeras denuncias ante la Policía Nacional, alegando que la posible muerte por ahogamiento en las costas de Tarifa se trataba, en realidad, de una fuga. No sólo los socios de las empresas, sino los mismos trabajadores de las construcciones a los que supuestamente no pagaron.

La Policía Nacional de Cádiz inició la investigación sobre el paradero del empresario Jenaro Jiménez dos meses después de su desaparición.

mgarcia@lavozdigital.es