Los nervios presidieron las primeras actuaciones de soldados y cuerpos de seguridad tras el atentado en Kabul. / AP
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Los talibanes alcanzan a Kabul

La capital afgana sufre a puertas de las elecciones el primer ataque suicida de los últimos seis meses

| ENVIADO ESPECIAL. KABUL Actualizado: Guardar
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«¿Estás bien? Vuelve a casa inmediatamente». La esposa de Noor está harta de que su marido trabaje con periodistas. Nada más escuchar la explosión, puso la radio y ya sabía dónde encontrarle. Esta llamada la hicieron ayer por la mañana miles de ciudadanos de una ciudad que se despertó con el estruendo del primer atentado suicida de los últimos seis meses, una brutal explosión que hizo temblar el centro de la capital. Siete civiles perdieron la vida y un centenar resultó herido después de que un kamikaze lograra hacer estallar su coche a las puertas del cuartel general de Isaf, la misión de la OTAN en Afganistán. Un lugar en el que cientos de ciudadanos hacen cola cada mañana para superar los trámites de seguridad antes de iniciar su jornada laboral en el interior de la base, en los ministerios o embajadas cercanas.

El lugar del ataque, una especie de intento de zona verde al estilo de la que los norteamericanos crearon en Bagdad, fue acordonado inmediatamente. Blindados macedonios cerraron unos accesos que en el día a día son competencia de las jóvenes e imberbes fuerzas de seguridad afganas y que el suicida había logrado superar.

El sonido de sirenas silenció el vibrante debate político que se vive en las calles de Kabul a falta de cuatro días para la celebración de las elecciones y volvió a poner sobre la mesa la cuestión de la inseguridad en este país. Los talibanes golpearon en el corazón de este enclave internacional en un momento en el que se suponía que la ciudad estaba en alerta máxima. Fueron unos trescientos kilos de explosivo, informó el responsable del departamento de Criminología de Kabul, Abdul Ghafar Sayadzada, trescientas razones para seguir intimidando a los ciudadanos ante la cita con las urnas.

La residencia del embajador español en la capital, situada justo frente a las instalaciones militares de Isaf, sufrió la rotura de cristales y puertas, pero no hubo que lamentar daños personales. Los estadounidenses también tienen allí su legación y, según la llamada del portavoz talibán que reivindicó la acción, el objetivo inicial de la misión suicida era precisamente la misión diplomática de Washington. Pero el coche no llegó a su destino. «Fue detenido y al no poder moverse el kamikaze decidió inmolarse en ese punto», informó el portavoz de Isaf, general Eric Tremblay. Fuentes del cuartel general consultadas aseguraron que algunos de los soldados que se encargan de la seguridad externa del campamento resultaron heridos.

Violencia en Kabul y asimismonuevo atentado en Herat contra la base de Isaf en la noche del viernes, donde se encuentra desplegado el grueso del contingente español. Por segunda vez esta semana, la insurgencia realizó un ataque con cohetes y siete proyectiles impactaron en las instalaciones sin causar mayores problemas.

Enemigos

El diálogo con los talibanes es uno de los temas estrella de una campaña electoral que quedó eclipsada por el atentado. «Los enemigos de Afganistán tratan de extender el miedo entre los ciudadanos de cara a los comicios, pero la gente no olvida la importancia que tiene acudir a las urnas con su voto», declaró un Hamed Karzai que enmarcó el ataque en los intentos de la insurgencia de boicotear el proceso.

Se acerca el día 20 y crece la tensión entre candidatos. Dos son los grandes favoritos, según las diferentes encuestas, nacionales e internacionales, publicadas hasta el momento. La lucha entre Karzai y el ex ministro de Exteriores, Abdalá Abdalá, se presenta como el duelo más real en unas votaciones en las que no se puede descartar la necesidad de una segunda vuelta, ya que será complicado que alguno de ellos supere el 50% necesario. Todo ello en una atmósfera de miedo general que los talibanes se han encargado de generar con el verano más sangriento desde 2001.