Una tradición de ida y vuelta
Vienen del resto de la provincia o de Sevilla. Miles de personas usaron trenes y autobuses para llegar a la capitalLos Zodiacos de la Policía Nacional interceptan a una decena de Brigadas Amarillas que hirieron a un joven
| CÁDIZ Actualizado: Guardar«Hemos venido por primera vez; nuestros amigos nos han hablado muy bien de la fiesta; estaremos en la playa hasta que nos echen». Maki y Roberto lo tienen claro; ambos forman parte del grupo más numeroso que cruza el andén de la estación de Renfe en la Plaza de Sevilla, 25 personas en total. Los dos son sevillanos, y el mayor tiene apenas 25 años; ayer llegaban a última hora de la tarde a Cádiz para disfrutar de su bautismo en las barbacoas del Carranza.
Y es que trenes y autobuses hacia la capital estuvieron durante toda la tarde y noche del sábado a rebosar. A la espera de cifras oficiales, la sensación a pie de andenes era impresionante. Oleadas de chicos y chicas ataviados con un uniforme similar; nevera (o neveras) de playa, sombrilla, bolsas del súper cargadas hasta los topes de bebida, y muchas ganas de «cachondeo». Eso que no falte.
Desde poco después de las seis de la tarde el apeadero de Cortadura fue un hervidero. Los trenes de cercanías llegaban repletos de jóvenes en dirección a las playas. «Antonio era uno de ellos. Su grupo, compuesto por 15 personas, procedía de San Fernando dispuestas a pasarlo en grande. «Es nuestra segunda vez; el año pasado nos divertimos mucho pero había demasiada gente dando el cante», recordaba el joven con cierto reparo.
Ataviados con el equipaje justo para pasar la noche «sin tener frío», estos jóvenes compartían procesión hacia las inmediaciones del módulo 1 de La Victoria con Luis Vila y tres amigos más.
Valencianos de origen, estos jóvenes tenían previsto pernoctar en un apartamento de Los Delfines; «estaremos hasta finales de mes y hemos decidido apuntarnos hoy a las barbacoas», bromeaban.
Jerez y Sevilla
El último tren de cercanías procedente de Jerez hacía su entrada en Cádiz pasadas las 23 horas. Apenas unos minutos después llegaba el último Andalucía Express desde Sevilla. El inicio de la final del Trofeo Carranza había hecho que muchos sevillanos llegaran con antelación para ver el partido y luego desplazarse a la arena de las playas gaditanas, pero eso no evita una presencia masiva de foráneos.
La Victoria ya era un caldero. Pero aún quedaba por delante toda una noche de tradición y diversión. Eso es otra historia.
