«Una vez encontré una bañera llena de sangría»

Manuel Aviza tiene 36 años y trabaja en la limpieza de la playa desde que comenzaron las barbacoas hace 13 años. En esos momentos el servicio estaba muy descoordinado, se comenzaba a limpiar por un extremo y daban las dos de la tarde y todavía no se había terminado de limpiar la playa entera. Por este motivo decidieron crear un operativo de limpieza coordinado que consiste en dividir la playa en ocho sectores en los que trabajan 15 operarios más el jefe de equipo en cada uno.

Con esta nueva gestión la limpieza de la playa es más ágil y rápida. Además, el trabajo de concienciación está surtiendo efecto y cada año se encuentran menos cosas.

«Antes encontrábamos muchas cosas como una bañera de un cuarto de baño llena de sangría, además de sillas de ruedas, un wáter y otros objetos domésticos», cuenta Manuel. «Ahora se encuentran más bolsas recogidas y quedan menos brasas en la arena, por lo que la limpieza es más llevadera», concede.