Un cambio de vuelo le arrebató el broche final a la Policía

Casi un año y medio de pesquisas, un primer informe de 200 folios y una corazonada policial sobre Jenaro que descartaba por completo su desaparición en el mar. Todo este trabajo previo se encauzó definitivamente cuando hace un mes, un amigo del empresario recibió su llamada. De inmediato la Policía ya tenía la confirmación de que sus indagaciones habían ido por buen camino.

Durante días, la familia y su círculo más próximo, siguiendo indicaciones de los agentes, convencieron al empresario de que regresara. Su llegada se preveía en el aeropuerto de Jerez el pasado miércoles. Allí le estaría esperando la Policía para arrestarlo y conducirlo a la Comisaría provincial. El interrogatorio al que sería sometido pretendía aclarar algunas de las lagunas que aún existen en el caso. Después sería trasladado a Algeciras para ser presentado ante el juez. Pero el broche final a una ardua investigación se frustró en el último momento.

Jenaro no pudo volar desde Brasil hacia Jerez, haciendo escala previa en Alemania, al quedarse sin plaza y tuvo que hacerlo vía Madrid. Cuando llegó a la zona de identificación de los pasajeros, procedentes de un país no comunitario, tuvo que mostrar su pasaporte y en el cotejo de identidades no pasó el filtro policial: pesaba sobre él una orden de búsqueda internacional.

Aquí acababa la aventura del empresario y se cerraba también la puerta de un interrogatorio muy esperado a la Policía, que le llevaba buscando más de un año. Será ahora el juez instructor de Algeciras quien tenga la oportunidad de esclarecer los episodios inconclusos de la historia de Jenaro.