Nace un nuevo barrio

Una amplia capa polvorienta acompañada por el fuerte ruido de las máquinas pesadas dio ayer el aviso de inicio de los derribos en los bloques abandonados de San Juan de Dios. A primera hora de la mañana comenzaban estos trabajos de demolición junto a un curioso público de vecinos espectante que veía por fin iniciada una promesa que se ha hecho mucho esperar.

De esta manera, tras marcar un perímetro de seguridad imprescindible, estas obras parecen dar algo de tranquilidad a los vecinos después de casi seis meses de movilizaciones. Y es que no sólo es el mal estado de estos viejos bloques el que ha dado tanto de qué hablar, sino también el foco de infección que ha invadido la zona durante casi seis meses y que ha supuesto un peligro importante sobre todo para los más pequeños del barrio.

Peticiones vecinales

Asimismo, esta demolición no sólo se hacía necesaria para la imagen del barrio, sino sobre todo de cara a una mayor seguridad, ya que este inmueble se había convertido en un escenario de incendios, saqueos y todo tipo de actividades ilícitas. Por ello, las continuas protestas parecen ver ahora una respuesta real.

Así lo manifestaron ayer los vecinos de San Juan de Dios en el primer día de las demoliciones, que defendieron una vez más la necesaria actuación en esta zona. «Ya era hora de que comenzaran porque hace poco desalojaron muebles viejos y basura y se produjo un nuevo incendio, aunque no ha sido el único. Hace unos días llegué con mi marido sobre las 3.00 de la madrugada y había otro incendio, por eso esto necesita solución ya. Y ahora menos mal que han puesto vallas, que si no seguiría igual», comentó Loli Méndez, una vecina de esta barriada que, junto a Manuela Recamales, otra de las residentes, formó parte del público en las escenas de las demoliciones.

Antecedentes

El abandono de estos bloques formaban 120 viviendas, un espacio convertido en todo un entorno de vandalismo, lo que ha llevado durante mucho tiempo a un profundo malestar entre los vecinos. La nueva parcela será ocupada por dos nuevos edificios de 144 y 108 pisos. Además, el plazo de ejecución de los derribos será de dos meses y contarán con un presupuesto de casi 300.000 euros.

Cabe recordar que la reconstrucción del barrio fue una promesa que hizo la alcaldesa en 2007, cuando se garantizó que en tres años estarían finalizadas todas las obras.