Una huida a pedales
El empresario dejó abandonado su coche en Atlanterra y se fue en bicicleta a Gibraltar; de allí voló a Londres, donde tomó otro avión rumbo a Sudamérica
| CÁDIZ Actualizado: GuardarJenaro Jiménez llevaba tiempo planeándolo. Todo de forma muy meticulosa. Dinero en efectivo, documentación falsa, billetes de avión... Y el 13 de abril de 2008 llevó a cabo su plan para desaparecer. Un plan digno de la más rocambolesca de las películas. Tan sólo un día antes de ahogarse, el empresario gaditano se fue al Decathlon de El Puerto de Santa María, donde adquirió una bicicleta. La ocultó en el maletero del coche y a las siete de la mañana del día siguiente le dijo a su mujer que se iba a Tarifa a pescar, como tantas otras veces.
Cogió su coche, condujo algo más de cien kilómetros por la N-340 y lo aparcó en Atlanterra. Una vez allí, sacó su bici nueva y una bolsa que contenía -según fuentes policiales- 80.000 euros en efectivo y algo de ropa. Pedaleó y pedaleó, con sus 90 kilos de peso, hasta llegar a Gibraltar. Allí tomó un avión con destino a Londres, En Heathrow se embarcó en otro vuelo rumbo a Sao Paulo y de allí a su destino final, donde ha permanecido durante estos últimos 15 meses: Asunción, capital de Paraguay.
Aquella misma noche, al ver que no regresaba a casa, su mujer llamó a varios amigos y familiares para preguntar si sabían algo de él. Nadie tenía ni idea de su paradero. Varios de ellos se marcharon a Tarifa de madrugada para intentar localizarle. Lo único que encontraron fue su vehículo, con las llaves puestas, y una de sus aletas de bucear. A partir de ahí se puso en marcha todo el dispositivo de búsqueda en la zona sin que, lógicamente, diera ningún resultado.
Mientras la Guardia Civil y la Armada lo buscaba con helicópteros, buzos y lanchas, Jenaro Jiménez estaba ya al otro lado del Océano Atlántico.
El tipo de vida que ha llevado en Sudamérica no está aún claro. A lo largo de estos días deberá responder a muchas preguntas. Sí ha transcendido que se hizo con un falso documento de identidad paraguayo, donde ha vivido con el falso nombre de Álvaro Domecq. De momento lo poco que se sabe es a través de varias conversaciones que ha mantenido con familiares y con la policía.
Según fuentes policiales consultadas por LA VOZ, ha llevado un ritmo de vida relativamente alto y ha decidido regresar cuando se le ha acabado el dinero. De hecho, una de las hipótesis que se ha barajado durante todo este tiempo es que no decidiera marcharse a causa de las numerosas deudas que tenía contraídas, sino que se endeudó principalmente para poder marcharse. También se ha sabido que allí, en Paraguay, trató de montar un negocio de hostelería, aunque al final el proyecto no salió adelante.
Por contra, fuentes cercanas al empresario gaditano hablan de que tomó la decisión de huir de España al verse sometido a una enorme presión tras varios negocios, principalmente inmobiliarios, fallidos. Su vida en Sudamérica habría sido bastante dura, sobre todo al ser consciente de lo mal que lo estaba pasando su familia y finalmente ha decidido regresar, tras varias semanas de conversaciones con la policía, para hacer frente a sus responsabilidades y a sus obligaciones familiares.
De hecho, cuando Jenaro Jiménez aterrizó ayer en la T-4 del aeropuerto de Barajas, llegaba muy demacrado, con casi 20 kilos menos de peso, barba de varios días, una coleta y una roida gorrilla en la cabeza. Ahora está detenido ya que se le acusa de varios delitos de estafa, falsedad documental y apropiación indebida.