«Los chiringuitos de Cádiz necesitan ser fijos para abrir en invierno»
El veterano empresario asegura que la medida «acabará siendo rentable» yapuesta por que sean los dueños los que decidan qué hacer en temporada baja
Actualizado:Ha explorado buena parte de la costa española y servido a sus veraneantes. En sus 30 años inmerso en el sector turístico playero no había tenido un verano tan movido. Al menos sabe que los chiringuitos andaluces se quedarán en la arena. La próxima cita será en septiembre, cuando acuda a una mesa de trabajo con las administraciones. Allí, mostrará su apoyo a los empresarios gaditanos que planean abir sus establecimientos en invierno. Su experiencia en Los naúfragos, su chiringuito en Fuengirola, demuestra que la idea que aquí se fragua es más que «razonable».
–Los dueños de los chiringuitos de Cádiz van a solicitar a Costas que puedan abrir sus establecimientos durante los fines de semana del invierno, ¿la considera una medida acertada?
–Es totalmente razonable. A la larga acaba siendo rentable. Son los empresarios los que al fin y al cabo tienen que decidir y arriesgarse con su negocio.
–En Málaga sí que funciona.
–Sí, no cabe duda de que el turismo en Andalucía va en aumento. Hace 30 años trabajábamos sólo 30 días al año y en invierno manteníamos un servicio mínimo. En principio sorteábamos qué chiringuito se iba a quedar abierto y poco a poco fue viable para todos los demás. Hoy día, como mucho, cada empresario cierra un mes al año para descanso del personal.
–Aunque es razonable, otras experiencias han demostrado que no siempre es viable, ¿cuáles deben ser las condiciones para que verdaderamente funcionen?
–Es cierto que los chiringuitos desmontables no siempre son sinónimo de calidad. Por ello vamos a pedir que todos los establecimientos pasen a ser de concesión fija. Además del coste económico, supone reutilizar una y mil veces los mismos materiales, incumpliendo a menudo las medidas sanitarias.
–Se oyen voces contrarias a esta iniciativa, sobre todo procedente del sector hostelero de la provincia, ¿qué opina al respecto?
–Cádiz es un poco especial, siempre ha sido una ciudad muy crítica. Pero esas opiniones no se entienden en un país de libre mercado. Si la instalación de playa en invierno no es competente, el público no lo va a usar y punto.
–Pero, ¿hay sitio para todos también en temporada baja?
–Sí, y más en Cádiz que hay grandes días de sol también en invierno. Alo mejor la gente no va a la playa en invierno porque no hay oferta de este tipo.
–¿También por la noche?
–Por supuesto.
–Sin embargo, también ha estallado la polémica en la provincia con motivo de los horarios.
–No tiene sentido. Los chiringuitos estamos dados de alta como un restaurante, en el mismo epígrafe de apertura que ellos, ¿por qué no vamos a poder disfrutar de los mismos horarios? A partir de una determinada hora, que cada uno haga el esfuerzo para atraer al cliente.
–¿...aunque los chiringuitos se conviertan en espacios para el botellón?
–Es curioso como los chiringuitos de Cádiz son de los más antiguos y atractivos y donde más trabas y medidas restrictivas nos encontramos. El caso de El Palmar, por ejemplo, dicen que se cerró porque se convirtió en un lugar para botellones, pero eso se produjo porque trasladaron hasta allí el botellón de Vejer. Al chiringuito, precisamente no le interesa, pierde su atractivo.
–Definitivamente se quedn en la arena de la playa.
–Sí, las administraciones se han dado cuenta de que no había otra alternativa. Todas las instalaciones cumplen la Ley de Costas.
–¿Cuáles van a ser las principales reivindicaciones que se van a presentar en la mesa de negociación de septiembre?
–Lo primero que vamos a pedir a las administraciones es que el sector quede clarificado de una vez por todas. No queremos estar pendientes de cambios políticos que puedan afectar a nuestros negocios. También vamos a solicitar las concesiones fijas.
–Parece fácil solicitar, pero muy complicado ejecutar. ¿No cree?
–Sí, es cierto, pero no debería crear conflicto. Vamos a apoyar a los empresarios de Cádiz para que todos obtengan las concesiones. El sector está muy motivado en hacer las cosas bien y no tiene sentido desmontar una y otra vez. En algunas ocasiones las autorizaciones llegan demasiado tarde y se pierde la temporada.
–Al final se han calmado las aguas, ¿cuáles son las perspectivas de futuro?
–Los chiringuitos han ayudado a mejorar el sector sistemáticamente con el paso de las décadas y se ha demostrado que vamos a seguir para delante, pese a quien le pese. No se entiende tanta crítica ante estos establecimientos. Parece quele tienen miedo por una cosa: porque funcionan.