
El futuro en un pentagrama
La Joven Orquesta de Cádiz, formada por 32 chicos y chicas de la provincia de entre 13 y 20 años, brindó su concierto de estreno en el patio de Diputación
| CÁDIZ Actualizado: GuardarNo falta talento, sino oportunidades. No falta sensibilidad, ni genio, ni público, sino escenarios. Puede que falten ayudas. Puede que falten promotores, mecenas y conservatorios. Pero desde luego no faltan ganas. Sólo había que echar un vistazo al ensayo general de la Joven Orquesta de Cádiz, ayer, en el patio del Palacio de Diputación, para darse cuenta de que la música clásica está en buenas manos, a pesar de los pesares; de que mientras 32 chicos y chicas de la provincia decidan enfrentarse a un complejo proceso de selección para participar en un proyecto tan riguroso y exigente como éste, habrá siempre una nueva generación que decida regir su futuro por las líneas precisas y emocionantes de un pentagrama.
Como Fátima Merino, de Sanlúcar, que toca el violín desde los ocho años y acaba de cumplir la mayoría de edad. O Anita Dwaden, de El Puerto, un prodigio de la viola de 16 años. Las dos han participado en el Campus del Festival de Al Kalat, donde han tenido la ocasión de recibir clases individuales por parte de los componentes de The Soloist of London, liderados por Matthew Coman, uno de los promotores de la idea.
«Sabíamos que en la provincia había talento de sobra -explica Coman-, pero no teníamos la certeza de si podríamos encontrar a los jóvenes suficientemente formados y comprometidos con esta idea como para formar una Orquesta capaz de satisfacer a los oídos más exigentes; ahora sabemos que sí».
Aunque la idea lleva dos años rondándole por la cabeza, no fue hasta el pasado mes de mayo cuando decició ponerse manos a la obra e incluir una convivencia de jóvenes músicos como previa del Festival de Al Kalat, una de las citas estivales imprescindibles para los melómanos que arrancó ayer con El Junco. Coman visitó los tres conservatorios de la provincia, habló con los profesores, pidió referencia, hizo audiciones y pronto se dio cuenta de que «había nivel». Fátima no puede estar más satisfecha de haber pasado la prueba. «Es una oportunidad de seguir formándonos como músicos, pero con otros profesores distintos a los del conservatorio, que además te pueden dedicar tiempo individualmente», explica.
Manuel Moro, jerezano de 16 años, toca el chelo: «Aprendes mucho en cinco días, pero también de los propios alumnos. Es como un máster, pero divertido y además gratis».
Daniel Valencia, violín de Algeciras, no se lo pensó dos veces a la hora de dedicar parte de su verano a la Orquesta: «En realidad, si la música te gusta, dedicarle tiempo no te pesa»...
Los proyectos de la Joven Orquesta, pasan por «un mínimo de tres encuentros al año, aunque tenemos que afinar las citas y todo dependerá del rodaje que hagamos», adelanta Coman. Algo que, a decir de su directora, Gabrielle Lester (profesora de la Joven Orquesta de España), «irá sobre ruedas, dado el nivel de implicación de los chicos».
Durante su actuación de anoche en el patio de Diputación demostraron su grado de profesionalidad. Aunque en el ensayo (los jóvenes son jóvenes) nadie aguantó la risa cuando un soplo de viento se llevó las partituras y arrastró a Vivaldi por el suelo.