Birmania encarcela la democracia
La Junta militar impide que la líder opositora Suu Kyi se presente a las elecciones con una nueva condena de 18 meses de arresto domiciliario
| PEKÍN Actualizado: GuardarLa Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, icono de la lucha por la democracia en Birmania -actual Myanmar-, tendrá que pasar dieciocho meses más bajo arresto domiciliario. Así lo decidió ayer el tribunal que la juzgaba por haber permitido la entrada en su casa de Rangún (Yangón) a un norteamericano, John Yettaw, que cruzó a nado un lago y se ocultó en su residencia dos noches. Por este atrevimiento, Yettaw ha sido condenado a siete años de prisión, incluyendo tres de trabajos forzados.
Aung San Suu Kyi lleva privada de libertad catorce de los últimos veinte años, la mayor parte del tiempo recluida en su residencia de la avenida de la Universidad de Rangún. Ése es el precio que ha tenido que pagar por luchar contra los generales birmanos, que la confinaron bajo arresto domiciliario tras rechazar su aplastante victoria en las elecciones celebradas en 1990.
La perfidia del régimen que dirige el general Than Shwe, que mantiene a su país sometido para expoliar sus abundantes riquezas naturales, es tal que hasta se podría decir que Aung San Suu Kyi ha sido afortunada con esta nueva condena. Y es que, al principio, Daw (La Dama, como es popularmente conocida) se enfrentaba a una pena de cinco años de cárcel.
Finalmente, el tribunal la había sentenciado a tres años entre rejas. Pero, en el último minuto, en la sala entró el ministro del Interior, quien leyó una orden directa del general Than Shwe reduciendo la pena a dieciocho meses de arresto domiciliario, tanto para ella como para sus dos asistentas. Esta medida de gracia, que pretende «mantener la paz y la tranquilidad», fue firmada el lunes por el hombre fuerte de Birmania aduciendo que la condenada es la hija del general Aung San, el héroe que consiguió la independencia del país de los británicos en 1948.
'Revolución azafrán'
Sin embargo, la nueva condena sobre Aung San Suu Kyi la privará de poder participar en el proceso electoral anunciado por la Junta para el próximo año. Todo ello cuando se suponía que la Premio Nobel de la Paz, de 64 años, iba por fin a disfrutar de la libertad tras la prevista revisión de su caso. Pero el apoyo del que goza La Dama entre la población birmana es tan fuerte que la Junta Militar no permitirá de nuevo que encabece un movimiento democrático como el de 1990 o que se ponga al frente de una 'revolución azafrán' como la que protagonizaron los monjes budistas en septiembre de 2007. Por ese motivo, esta nueva reclusión bajo arresto domiciliario ha vuelto a poner de manifiesto la flagrante violación de derechos humanos que perpetra el dictatorial régimen birmano, que mantiene en la cárcel a más de 2.000 prisioneros políticos y ejerce una brutal represión sobre la atemorizada población y los disidentes.
Por su parte, el norteamericano John Yettaw, de 53 años, ha sido de nuevo trasladado a la prisión de Insein, donde se ha celebrado el juicio, tras ser hospitalizado después de sufrir varios ataques epilépticos durante los últimos días. Aún no está claro por qué Yettaw, un cristiano devoto que padece problemas mentales tras su paso por el Ejército, se coló en la casa de Aung San Suu Kyi, pero le dijo a su abogado que lo hizo para avisarla de un intento de asesinato contra ella que había presenciado en una visión.
Por entrar en el domicilio de La Dama, Yettaw ha sido condenado a tres años de cárcel, otros tres de trabajos forzados por violación de la ley de inmigración y uno más por nadar en un lago en una zona restringida. Anoche el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una reunión de urgencia, a petición de Francia, para discutir una posible condena al fallo emitido por un tribunal militar de Myanmar contra la líder opositora Suu Kyi.