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Rajoy culpa a Zapatero de la «inquisición» a la que vive sometido el PP
El presidente de los populares «comparte» con matices la denuncia de Cospedal sobre la instauración de un Estado policial
| COLPISA. MADRID / PONTEVEDRA Actualizado: GuardarEl presidente del PP, Mariano Rajoy, hizo ayer un paréntesis en sus vacaciones para responsabilizar de manera directa a José Luis Rodríguez Zapatero de la «evidente y grave persecución del Gobierno» contra su partido y destacados dirigentes de la oposición, que consideró «impropia de una democracia moderna» y comparó con la efectuada en la Edad Media por la Santa Inquisición.
Rajoy, en una rueda de prensa realizada en Pontevedra tras una visita al museo provincial, elevó al más alto rango político el rifirrafe que desde hace seis días enfrenta a PP y PSOE con el trasfondo del 'caso Gürtel' y culpabilizó al presidente del Gobierno de los «inadmisibles» e «inaceptables» ataques que «desde las instituciones» se realizan en los últimos meses contra miembros de su partido, en su mayoría salpicados por los procesos judiciales abiertos contra la trama de corrupción dirigida por Francisco Correa.
El líder popular, que puso el grito en el cielo por las imágenes de cargos del PP conducidos esposados ante un juez de Mallorca, reclamó a Rodríguez Zapatero que el Consejo de Ministros de mañana aborde los presuntos ataques del Ministerio del Interior y la Fiscalía a miembros de su partido, porque «han creado verdadera alarma social», y exigió al presidente del Gobierno que ofrezca en persona «explicaciones convincentes» y anuncie el cese de los responsables de estos hechos.
Rajoy indicó que lo ocurrido este fin de semana en Baleares no es «un caso aislado», por lo que también exigió a Rodríguez Zapatero que obligue a comparecer de forma urgente en el Congreso a su vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido.
Quiere que expliquen el «distinto trato» que policías y fiscales dan a los militantes del PP y PSOE inmersos en procesos judiciales, las «detenciones televisadas y esposados» de miembros del partido, las «filtraciones de sumarios», la «campaña inquisitorial» contra Rita Barberá, y «los juicios paralelos» a dirigentes como José Manuel Soria o Francisco Camps que acaban «en archivo».
El presidente del PP indicó que, por si acaso, su partido ha pedido la comparecencia parlamentaria urgente de estos tres cargos públicos para que expliquen «la utilización partidista y sectaria de las instituciones en la campaña de persecución al PP» y está dispuesto a llevar el asunto ante el Parlamento Europeo si el PSOE obstruye la actuación del Congreso. Aseguró que su partido «irá donde sea necesario» para defender su honor porque «no voy a permitir» que se repitan hechos como estos.
Silencios y matices
La comparecencia Rajoy se produjo cinco días después de que la secretaria general del PP, Dolores Cospedal, aprovechase una entrevista en su retiro estival de Marbella para asegurar que a su partido «le consta» que algunos de sus dirigentes son espiados de manera ilegal. Y elevó al máximo nivel la polémica cuando un día después ratificó las acusaciones y añadió que el Gobierno usa los medios del Estado para perseguir al PP en vez de centrarlos en ETA.
Sus palabras provocaron la salida diaria y en tromba del PSOE, que afirma cada día que las acusaciones son «tan graves» que si Cospedal no aporta pruebas o rectifica, debe dimitir.
El líder de los populares, con su discurso centrado en el caso de Baleares, pasó por encima de las polémicas acusaciones hasta donde se le permitieron las preguntas de los periodistas. Al final, interrogado por las palabras de su número dos, rompió su silencio y dijo con tono tibio que, como el resto del partido, «comparto todo lo que dice Cospedal», aunque matizó las acusaciones de espionaje ilegal.
Rajoy esquivó preguntas sobre las supuestas escuchas y quiso dejar «muy claro» que él confía en los jueces y en los policías, que estos días han mostrado su enfado con Cospedal; en quienes no confía en absoluto es en Pérez Rubalcaba y Conde-Pumpido.
El jefe de la oposición, antes de negarse a contestar más sobre este asunto, dijo no saber si llevarán las acusaciones de Cospedal a los tribunales y apuntó a que en parte están incluidas en la denuncia contra la Policía por filtraciones irregulares del 'sumario Gürtel'.
El portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, señaló ayer que dos de las escuchas ilegales están incluidas en esa denuncia. Una, de la que dijo disponer de la grabación, es la llamada de un inspector de Policía al móvil privado de Francisco Camps para pedirle un fax al que enviarle un auto judicial que le afectaba. Trillo deduce que el investigador disponía del número de teléfono porque tenía pinchado de forma ilegal el móvil del presidente regional.
La otra es una grabación en 2006 de una conversación de un empresario de la 'trama Gürtel' con sus socios en la que se refiere a dirigentes del PP. Trillo deduce que se trata de un pinchazo ilegal porque en esas fechas no había comenzado la instrucción judicial del caso, aunque no aclara si esta escucha la hizo la Policía y si llegó a incorporarse al sumario.
Como tercera víctima de las escuchas ilegales se presentó a sí mismo, ya que cree que fue escuchado mientras hablaba con uno de los abogados del PP con el que mantiene conversaciones diarias.