Lógica infantil para la crisis
«En vez de despedir, sueldos bajos», dicen los pequeños que han participado en una encuesta sobre la actual situación
Actualizado:Los argumentos infantiles acostumbran a ser tan demoledores como certeros, como sabe cualquier padre. Los 2.000 niños, de entre 4 y 16 años, que han participado en una encuesta promovida por Adecco tienen muy claras las soluciones para poner freno a la crisis. De entrada, «en vez de despedir, que bajen los suelos», apuntan. Se entiende que los pequeños, tan sensatos ellos que más parecen visionarios, se referirán a una bajada de sueldos de ejecutivos, directores generales y demás mandamases ¿no?
Al tiempo, los críos despliegan un abanico de recetas económicas que parecen salidas de Harvard: bajar los precios, crear más empleo, ahorrar y no despilfarrar. Los críos (angelitos) proponen también medidas tan sensatas y solidarias como «quitar el dinero a los ricos para dárselo a los pobres» (aunque parece que de la crisis estamos saliendo haciendo justamente lo contrario), «arreglar las cosas por caridad y no por dinero» y «dar el dinero a los necesitados y no a los bancos» (que es exactamente lo contrario de lo que hacemos para salir de la crisis).
Obama, presidente de España
Algunos se atreven a jugarse el todo por el todo y proponen nada menos que despedir al presidente del Gobierno y traerse al mísmisimo «Obama para que sea presidente de España», «que los políticos y el rey no gasten el dinero en chorradas como un yate o un anuncio para que les elijan» (los niños, ya se sabe, lo que oyen) y «bajarían el sueldo a los políticos».
También proponen soluciones como «poner un euro cada uno y, como hay mucha gente, sacaríamos mucho dinero» (se supone que para chuches y helados para el artífice de la idea), «irnos a vivir todos a Dubai», que «sea todo gratis» y un genial «ahorrar y rezar» que, también podría ser, «rezar y ahorrar».
Además de esta inmersión en la alta economía los pequeños que participaron en la encuesta han dejado claro que «las diferencias entre sexos son claras». Así, la mayoría de los chicos quieren ser «futbolistas» de mayores mientras que las chicas se inclinan por ser «profesoras». Nada nuevo bajo el Sol.
De no medrar sobre el césped, los chavales se animan a ser policías, veterinarios, médicos y profesores, en ese orden. Estas profesiones, más pegadas al suelo, desbancan en los últimos años a otras como ingeniero, piloto y arquitecto, masivamente elegidas por los niños hace nada. Las niñas, por su parte, se inclinan por actividades artísticas (cantantes, actrices y bailarinas), la sanidad y las profesiones relacionadas con animales. Las crías prefieren ser veterinarias a médicos y se decantan por ser peluqueras mejor que actrices. De pequeño nadie dice que quiere ser funcionario o trabajar en una caja de ahorros; esas deben ser las cosas que le va enseñando a uno la vida.
En el listado de ocupaciones curiosas los chavales apuestan por ser exploradores (aunque con Miguel de la Quadra el estadillo debe estar ya completo), cómicos, caballeros, astronautas, guerreros ninja y luchadores de parodia. Sólo una niña (canaria) entre los 2.000 entrevistados tiene claro que quiere ser ama de casa.