Política vial
Actualizado: GuardarE l lanzamiento por la Dirección General de Tráfico de una campaña de control de velocidad con el propósito de verificar el cumplimiento de las limitaciones por un millón y medio de vehículos, afianza la política vial restrictiva impulsada por la DGT plasmada en el Permiso por Puntos y en el endurecimiento de las infracciones más peligrosas para la seguridad del tráfico. La ubicación de 264 nuevos radares móviles y 521 en puntos fijos de vigilancia anunciados para detectar la velocidad inadecuada que comportan multas de 90 a 600 euros y la correspondiente pérdida de puntos en el carnet, responde a la constatación de que el 40% de las sanciones, el 35% de los puntos y el 26% de las muertes en carretera tienen su origen en el exceso de velocidad. Además, la estadística aconseja aprovechar el período de mayor tráfico por carretera con profusión de eventos festivos y máxima circulación en carreteras secundarias para instalar los dispositivos orientados a disuadir a los conductores de infringir los límites establecidos. Con todo, sería más beneficioso decidir la ubicación de las cámaras de observación en razón de la peligrosidad de determinados tramos que optar por una colocación aleatoria aunque el resultado sea más productivo desde el punto de vista recaudatorio.
No se puede objetar que además de la reducción de la siniestralidad en carretera la disminución de la media de velocidad por hora del conjunto del parque automovilístico redundará positivamente, no solo sobre la mengua de emisiones de CO2 a la atmósfera sino también en ahorro de combustible. No obstante y dando por sentado que la política sancionadora es imprescindible para afrontar un problema tan complejo como el del tráfico, los responsables del mismo no pueden olvidar que es conveniente perseguir también los mismos objetivos incrementando los programas de adiestramiento y formación de los conductores. La evolución de la política vial debería tender a remplazar progresivamente una parte de las medidas sancionadoras por la formación que optimice la pericia de los conductores y una modernización de la red que elimine los trazados con curvas mal peraltadas, el firme bacheado, el asfalto mal drenado o las señales poco visibles y carteles que indican cambios de dirección peligrosamente ubicados.