¿Optimismo?

La cola del paro es abrumadora, muchas familias tienen un plato en la mesa gracias a Cáritas y otras organizaciones humanitarias, los hospitales están llenos de personas que sufren y acompañantes desesperados, algunos hijos son una auténtica cruz para sus padres, unos jefes hacen imposible la vida a trabajadores que aún conservan su empleo, miles de inmigrantes vagabundean por las calles con la esperanza de que no les pidan papeles... ¿Hay un lugar para la esperanza cuando parece que de la vida sólo recibes palos? El motivo de optimismo únicamente puede venir de que estemos convencidos de que la vida es algo más que tener trabajo, o dinero, o fama, o poder.

¿Quiénes son las personas más felices? ¿Acaso los millonarios o los famosos? ¿No producen cierta envidia las carcajadas despreocupadas y alegres de los niños jugando, o de los jóvenes al acabar un partido de fútbol en el que, ganen o pierdan, han pasado un buen rato? ¿Cómo se sienten los voluntarios dando su tiempo a unos ancianos a los que han querido distraer? El hombre es más hombre cuando es capaz de pensar en los demás desinteresadamente.