El terror hace campaña en Kabul
Afganistán se prepara para las presidenciales del día 20 en nivel de máxima alerta por la creciente violencia. Las amenazas talibanes propiciarán una alta abstención
| ENVIADO ESPECIAL. KABULActualizado:Kabul no ha sufrido un atentado en los últimos seis meses, sin embargo, no se respira optimismo en la capital afgana. Los ciudadanos se acuestan cada día pensando que cada vez falta menos para un ataque y temen el poder letal de la insurgencia. En los calendarios aparece marcada en rojo la fecha del próximo día 20, elegida para las elecciones presidenciales que los talibanes han puesto en su punto de mira, como se encargan de demostrar jornada a jornada, aunque, de momento, fuera de la urbe.
El terror se siente. Cada vez está más cerca. «A menos de una hora en coche de Kabul», confesaba ayer un funcionario de Naciones Unidas que no se podía creer lo que le contaban sus compañeros en Pule Alam, capital de la provincia de Logar, a apenas setenta kilómetros. «Los insurgentes han logrado atacar la casa del gobernador y eso que los americanos tienen allí desplegados a 1.500 hombres», repetía incrédulo. Al menos cinco agentes de policía perdieron la vida en esta acción, que se alargó durante horas y en la que los terroristas emplearon cohetes y kamikazes, según los medios locales.
«Lo intentan y cada día nos llegan avisos de amenazas. Se habla incluso de comandos suicidas que ya estarían listos para actuar», confiesa el sargento de la Guardia Civil, Pablo González, que trabaja dentro del proyecto Ring of Steel (Anillo de acero) que la Policía europea, Eupol, desarrolla en el país asiático con el objetivo de asegurar la cita con las urnas y donde también colabora el Cuerpo Nacional de Policía español.
La autopista Kunar-Nuristán permanece totalmente cerrada al tráfico desde hace seis días para evitar la llegada de posibles terroristas. Se han desplegado treinta puestos de control en los accesos a la capital e instalado cámaras de vigilancia en un plazo récord de tres semanas. Eupol tuvo que entrenar de manera urgente a 2.000 nuevos agentes en su intento de blindar «al menos la denominada 'zona verde' y los principales edificios públicos de Kabul», señala González, que, como el resto de los extranjeros que trabajan en Afganistán, ha elevado sus medidas de seguridad al «nivel de máxima alerta». Las agencias de Naciones Unidas incluso recomiendan a su personal disfrutar de sus vacaciones durante las fechas de los comicios.
Intimidaciones
La situación de extrema violencia -en julio la OTAN perdió a 75 hombres, el mes más sangriento desde 2001- ha llevado a la ONU a alertar en su último informe del riesgo que corren las elecciones. «La inseguridad supone una amenaza para las posibilidad de ejercer su derecho al voto de un número significativo de afganos», señala un estudio que prevé una jornada complicada, ya que «el miedo y las intimidaciones veladas o directas que caracterizan a la insurgencia crean una reticencia subyacente a presentar candidaturas, hacer campaña o votar».