CINE

Alcances acercará el cine indio con un ciclo dedicado a sus documentales

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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India es el mayor productor mundial de películas, pero no todo es Bollywood en el país asiático. Para acercar una poco conocida faceta de su producción al público gaditano, Alcances, Muestra Cinematográfica del Atlántico, programa en la sección Panorama Internacional de la próxima edición un ciclo de documentales hindúes.

Los mejores documentales ofrecen complejos interrogantes sobre la realidad. «Su función es la de acercar la realidad al espectador: sobre un país, sobre una situación, sobre un determinado problema… o simplemente servir de ojo de halcón y hacer un zoom en un determinado momento a determinados personajes y que el público extraiga sus propias conclusiones», dice Gloria Fernández, del colectivo CineAsia, que colabora con el Festival. «A través del análisis de determinados patrones culturales, de etiquetas y clichés, y a través de las imágenes de las películas presentadas en este ciclo, quizás seamos capaces de descubrir una imagen nueva y más verídica (alejada de ciertas presunciones) del país y de cómo viven su realidad los indios», explica.

Realidades distintas

A partir de dos documentales de Pankaj Rishi Kumar, Tres Hombres y una Bombilla y Puñetazos y Coletas, el director se aproxima a dos realidades muy distintas: al modo de vida de las aldeas montañosas, por un lado, y a las mujeres que en India quieren ganarse la vida en el boxeo. Kumar ha estado siempre vinculado al cine puesto que su padre rehabilitó una vieja fábrica y la convirtió en el único cine de su pueblo. Especializado en el montaje, desde temprano se dedica al género documental, con un estilo cercano al cinema verité.

La relación entre las artes plásticas y el cine llega de la mano del pintor y director Velu Viswanadhan. Residente en París desde 1968, aunque viaja constantemente a su lugar de nacimiento en Kerala, Viswanadhan es uno de los pintores indios más conocidos en Europa. Por casualidad, y después de un accidente que casi le cuesta la vida, Viswanadhan coge por primera vez la cámara para intentar buscar ciertas respuestas que no puede darle la pintura sobre sus orígenes y también sobre la propia existencia del ser humano.