La Policía cree que ETA pudo colocar las bombas de Palma hace varios días
La cúpula antiterrorista ordena mantener el 'peinado' de Mallorca Los expertos mantienen abiertas todas las líneas de investigación
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarLa Policía cree que la cuarta explosión que el domingo sobresaltó Palma de Mallorca, que destrozó el sótano del bar Nica, fue como las tres posteriores consecuencia de una bomba colocada por ETA, según indicaron fuentes de la lucha antiterrorista, pese a que aún no existe confirmación oficial del Ministerio del Interior.
La explosión, en un principio atribuida por los bomberos a una fuerte concentración de metano o a un fallo en los aparatos de aire acondicionado del local, fue por tanto la primera de las bombas de baja potencia que la banda hizo estallar en la capital balear entre las doce del mediodía y las seis de la tarde, que afectaron a otros dos restaurantes y un centro comercial.
La secuencia de atentados volvió a sumir Mallorca en la alerta antiterrorista cuando aún no había superado el drama del pasado 30 de julio, cuando ETA asesinó con una potente bomba lapa a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá en Calviá.
La confirmación de que la explosión en el bar Nica es obra de ETA depende de que los expertos de la Policía Científica terminen el estudio y los análisis de restos y escombros recogidos ayer en el lugar de la deflagración, pero lo que ya tiene claro es que no fue una explosión accidental.
La confirmación de ese cuarto atentado permitirá establecer que una terrorista ocultó las cuatro bombas en los falsos techos de los aseos femeninos de los establecimientos hosteleros y comerciales al menos dos días antes de que estallasen, ya que el café atacado permaneció cerrado al público desde las cuatro de la tarde del viernes anterior, según desveló su propietario a las fuerzas de Seguridad.
El dato confirma la hipótesis de que los artefactos -con no más de un kilogramo de explosivo aún no determinado- fueron colocados días antes de la explosión y que su detonación la activó el temporizador conectado a cada bomba, que permite programar deflagraciones con horas, semanas o meses de antelación.
Fuentes policiales indicaron que no ha sido posible estudiar ninguno de los temporizadores utilizados por los terroristas, por lo que será casi imposible determinar con exactitud cuándo fueron colocadas las bombas.
La única conclusión a la que han llegado los analistas policiales es que no es posible cerrar ninguna de las líneas de investigación, por lo que tampoco es posible descartar incluso que los etarras hayan ocultado ya otras bombas en algún punto de Mallorca programadas para estallar antes de que a final de mes expire la temporada alta turística y de que los Reyes abandonen el Palacio de Marivent, su residencia de vacaciones en las afueras de Palma. La cúpula antiterrorista, reunida ayer en la sede de la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, no descarta ninguna hipótesis: que los etarras continúen en la isla o que hayan huido, que los autores de los atentados del domingo sean los mismos asesinos de los dos guardias civiles y que incluso colocasen los artefactos de los bares antes que las bombas lapas, o que quienes volaron los locales de ocio sean un segundo comando llegado a la isla para permitir la fuga de los primeros etarras.
Una de las pocas certezas que existe es que entre los terroristas hay al menos una mujer, pero no se sabe si son Itziar Moreno o Iratxe Yáñez, las dos terroristas del grupo de seis al que Interior coloca como posibles responsables de los atentados del verano, o incluso una etarra 'legal', sin fichar y con los documentos en regla.
La cúpula antiterrorista acordó ayer mantener en Mallorca la 'operación jaula' y el peinado de toda la isla. Al tiempo continuará activada la alerta máxima en todas las áreas turísticas del Mediterráneo, ante la sospecha de que estos mismos etarras u otros pueden cambiar de zona para atentar.
Seguirán los controles exhaustivos de carreteras, transporte público, hospedajes y la búsqueda de posibles coches o furgonetas bomba.