Una pareja de peones pela un alcornocal en un monte público de Alcalá de los Gazules. / A. ROMERO.
Sierra

90.000 jornales en peligro de extinción

La caída del precio del corcho y las enfermedades de los árboles ponen en situación de riesgo a un sector que daba al año unos 30 millones de beneficios

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Andalucía, ha comenzado a alertar de los graves problemas que actualmente está atravesando el negocio del corcho en la comunidad autónoma. Una situación que pone en peligro los 200.000 jornales que genera esta actividad, dando empleo directo a 15.000 personas en Andalucía.

Esta crisis golpea con especial dureza a Cádiz, donde se concentra el 46% de la producción, debido a que en sus límites está uno de los principales graneros de material: el Parque Natural de los Alcornocales. COAG asegura que la extracción de corcho, la saca como se le conoce, se podría reducir incluso a menos de la mitad. Esto significaría que desaparecerían muchos de los 90.000 jornales que esta actividad da a la provincia.

Las causas de esta posible debacle son varias: tanto en los montes públicos como en los privados se han detectado importantes deficiencias en el estado de los árboles. También hay tras cuestiones económicas que están provocando que el precio del mercado se derrumbe. Actualmente los productores fijan la caída cerca de un 40 por ciento, pasando de 100 a 60 euros por quintal, o lo que es lo mismo por 46 kilogramos de corcho.

Problemas como la seca o la fosilización del árbol, además de que cada vez hay menos alcornoques jóvenes, están provocando una merma en la calidad que ya está haciendo, desde hace años, que el sector se tambalee. Otras cuestiones como el auge de tapones de plástico o de rosca también preocupan bastante a los productores que mantienen la esperanza de que la industria del vino siga apostando por este material, ya que este sector es el que consume el 80 por ciento del corcho que se saca.

Javier Benítez, responsable del sector del corcho de COAG Andalucía, asegura que actualmente muchas de las cuadrillas están paradas y más de la mitad de la producción se encuentra sin sacar, con las consecuencias que ello supone para los hombres del campo que «ven en la extracción de este producto un importante complemento a su renta, a menudo imprescindible para hacer frente a las deudas e inversiones relacionadas con sus explotaciones agrarias». Además, añade que el corcho se convierte «en un elemento esencial para la fijación de la población en el medio rural, una actividad que proporciona trabajo durante todo el año, no sólo en los meses de la saca, sino también para las labores de mantenimiento y limpieza del monte». A ello hay que sumarle el importante valor ecológico del alcornocal, cuya conservación depende directamente del mantenimiento de la actividad corchera.

Agilizar ayudas

Por ello, COAG Andalucía cree que es necesario poner en marcha un Plan de Desarrollo Estratégico del Corcho, así como agilizar el cobro de las ayudas forestales de años anteriores y continuar convocándolas. Asimismo, esta organización agraria plantea la posibilidad de conceder ayudas directas a la industria y, tal vez, también a los productores a través de herramientas como los Planes de Desarrollo Rural. Otras sugerencias que plantea COAG son la puesta en marcha de una campaña de promoción de este material, haciendo hincapié en el valor social y ecológico del mismo, y dando a conocer los distintos usos que puede tener. Igualmente, la Administración «debería incentivar su uso, considerándolo un aspecto prioritario a la hora de conceder las diferentes subvenciones, y fomentar su empleo en obras públicas y materiales de difusión», apunta Benítez. Por último, proponen que se debería mejorar la información destinada al consumidor; en concreto, en el etiquetado de todos aquellos productos que usen tapón de corcho.

Negocio

La actividad de extracción ha venido generando en la provincia, en las últimas campañas, un total de 90.000 jornales y un volumen de negocio de más de 30 millones de euros. Cifras que este año se verán sensiblemente reducidas.

El trabajo de descorchador ha evolucionado mucho en los últimos años pero sigue siendo una labor dura que cuenta con una buena remuneración. En concreto, un trabajador puede cobrar unos 150 euros diarios por llevar a cabo esta actividad, aunque por cuenta propia pueden llegar a los 250. A diario suelen recoger unos 17 quintales -782 kilos-. Hace unas décadas, estos descorchadores tenían que vivir en campamentos que montaban junto a los árboles que descorchaban.

sierra@lavozdigital.es