ESPAÑA

Zapatero se propone recuperar el diálogo político y social el próximo septiembre

El Gobierno prevé un intenso otoño en el que impulsará leyes polémicas como el aborto o la libertad religiosa Canarias, Galicia y Andalucía, destinos preferidos por los políticos españoles para sus vacaciones

| COLPISA. MADRID COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Quería irse de vacaciones con los deberes hechos, pero no lo logró. José Luis Rodríguez Zapatero se había marcado dos prioridades para afrontar septiembre con menos presión: cerrar el pacto sobre la financiación autonómica y sellar el acuerdo social. Se quedó a medio camino. Ahora hace acopio de fuerzas para volver a enfrentarse a los empresarios en septiembre.

Al romperse el diálogo social, Rodríguez Zapatero afirmó que, vista la postura «maximalista» de la CEOE en las negociaciones, legislaría según su criterio, pero volverá a intentar el acuerdo. Gerardo Díaz Ferrán cuenta con el respaldo de los suyos y el Gobierno no quiere a los empresarios, ni a sus partidos afines, en contra.

Los socialistas creen haber salido de una pesadilla. Cada sesión plenaria en los meses pasados fue una negociación a brazo partido. El recuento no es malo: sólo perdieron once debates y de rango menor; entre otras cosas, porque el Ejecutivo apenas ha remitido leyes al Congreso.

Pero la sensación de inestabilidad fue constante. «Ha sido como ir en una montaña rusa con un conductor drogado que nadie sabía quién era», admite un dirigente del grupo parlamentario. Ahora que el pacto autonómico hace más fácil el entendimiento con unos (ERC e ICV), toca reducir distancias con los otros (PNV y CiU).

En el PSOE muchos admiten sentir escalofríos cuando piensan en una política económica condicionada por las fuerzas de izquierdas. Su apoyo será bien recibido en los presupuestos generales para 2010 y nadie en el Gobierno descarta que la contraprestación sea esa subida de impuestos para las clases más pudientes. Pero Rodríguez Zapatero dejó claro el pasado viernes en Lanzarote, su lugar de descanso estival, que no quiere socios preferentes, sino eso que se ha dado en llamar geometría variable. Sus negociadores tendrán que seguir haciendo encaje de bolillos.

Hay actitudes que tranquilizan, como la del PNV, entregado a la más fiera oposición desde que Patxi López, aupado en el PP, es lehendakari; ahora, parecen más abiertos al entendimiento. Dirigentes socialistas creen que el PNV no sabe echarse al monte y eso abre posibilidades de colaborar.

La prioridad del jefe del Ejecutivo a la vuelta del verano será la Ley de Economía Sostenible. El próximo jueves, en el primer Consejo de Ministros extraordinario de agosto, se hará una primera lectura del proyecto y en septiembre arrancará la negociación. Con esta excusa, el Gobierno reanudará el diálogo con los agentes sociales.

Los socialistas deben jugar bien sus cartas para evitar que el PP cuele una propuesta de reforma laboral similar a la planteada por la CEOE. No es lo que más les preocupa, porque es muy difícil que el PP logre la mayoría necesaria y porque CiU y PNV no son partidarios de «radicalismos».

El económico es uno de los muchos platillos que entrarán en pista. Después de un año en el que el Ejecutivo ha gobernado casi a golpe de real decreto, intentará aprobar la ley del aborto y la reforma de la ley de libertad religiosa, con las izquierdas y asegurada la tensión con la Iglesia católica.

Y, además de todo eso, tendrá que preparar, ya a marchas forzadas, la presidencia de turno de la UE, lo que implica muchos viajes internacionales.

Un verano más, la política nacional cierra en agosto por vacaciones, salvo los equipos de guardia para alimentar polémicas como las del caso Gürtel.

La mayoría de los políticos españoles elige destinos nacionales y opta por la continuidad respecto a estíos anteriores, aunque la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y ministros como Carme Chacón y Miguel Ángel Moratinos viajarán al extrajeron y combinarán diplomacia y turismo. Canarias, Andalucía y Galicia son los destinos más recurrentes, pero no faltan quienes prefieren descansar en sus lugares de nacimiento.

José Luis Rodríguez Zapatero y familia pasan las vacaciones por cuarto año consecutivo en La Mareta, en Lanzarote. Esta residencia canaria ha sido utilizada antes como morada estival de la Familia Real y por numerosas personalidades internacionales.

El presidente finalizará su estancia en la isla coincidiendo con la primera reunión ordinaria de su gabinete, el próximo 28 de agosto, aunque este jueves hará un paréntesis para presidir el Consejo de Ministros extraordinario que se celebrará en Madrid.

Mariano Rajoy prefirió quedarse en casa y veranear en Pontevedra, en donde aprovechará «para leer y pescar», según comentó en un vídeo colgado en la web del PP.

A Vigo también ha ido el ministro José Blanco, que puede tropezarse con su colega Francisco Caamaño, coruñés de Cee al que le priva salir al mar con su velero. Otro gallego ilustre, el presidente autonómico Alberto Núñez Feijóo, se quedará en las inmediaciones de la isla pontevedresa de Ons.

Moratinos compagina viajes oficiales con días de descanso en Francia, país natal de su esposa, donde jugará al tenis y leerá. La ministra de Defensa ha viajado a Iberoamérica con su marido, y también pasará por playas almerienses.

Deportistas

Hay opciones muy deportivas. La vicepresidenta Elena Salgado practicará el montañismo, su pasión, y Leire Pajín el piragüismo. Manuel Chaves intenta hacer méritos para formar parte de este grupo y asegura que además de disfrutar de la playa en Cádiz visitará con frecuencia el gimnasio.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se encuentra en la Costa Dorada con el pensamiento puesto dice, en encauzar el diálogo social. Trinidad Jiménez reconoce que se olvidará completamente del trabajo y se dedicará a leer, caminar y relajarse cerca del mar.

Por Andalucía también pasea la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que desde Marbella ha tenido tiempo para tomar el sol y denunciar al Gobierno por escuchas ilegales a compañeros de partido.

Más modesto, Cayo Lara pasa sus primeras vacaciones como coordinador general de IU en su domicilio de Ciudad Real, aunque tiene previsto trasladarse hasta el Algarbe o Cádiz unos días.