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TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

El PP, contra las artes plásticas

JUAN JOSÉ TÉLLEZ
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El energúmeno afin al Partido Popular que la emprendió a mamporros esta semana con el pintor Guillermo Pérez Villalta y con su pareja Fernando Boix, no hacía otra cosa que cumplir con un extraño mandato histórico que lleva a la caverna a perseguir a los artistas. Ante el vergonzoso suceso uno se pregunta qué habrían hecho los ancestros ideológicos de semejante personaje si hubiera caído en sus manos Picasso o Goya, salvadas sean todas las distancias que cualquiera pretenda salvar. Los hechos transcurrieron el pasado día 4 cuando los agredidos pretendían comprar algunos artículos en un comercio chino ubicado en la calle San Sebastián de Tarifa junto a la sede local del Partido Popular cuyos concejales, durante el último pleno, intentaron reprobar al artista por haber llamado incultos a sus paisanos si aceptaban una faraónica ampliación del recinto portuario actual. El PP venía insistiendo en que Pérez Villalta debía retractarse y, más o menos así aunque con palabras de mayor contundencia, se lo exigió un militante -que no sólo simpatizante de dicha formación- cuando les vio aparecer junto al local de los conservadores tarifeños. «¿Inculto yo?», empezó preguntándoles a su paso. «Me di la vuelta y le dije el que se pica, ajos come -ha referido Fernando-. Y le hice un corte de mangas. Entonces me atacó, y Guillermo y otro vecino nos separaron; si no, me habría destrozado». «Nos echó gritándonos gilipollas y maricones y Guillermo les respondió: Eso es incultura». «Mariconazos de mierda», vino a ser la expresión utilizada. Según su relato, fue entonces cuando le zamarrearon y comenzaron a pegarle a su pareja, que tuvo que ser atendido en el hospital y que deberá mantener el brazo en cabestrillo durante tres semanas. Es cierto que, como afirma la asociación ciudadana Tarifa Sí, que preside honoríficamente el pintor local y que se opone a la construcción de un megapuerto en la ciudad por cuanto provocaría una transformación brutal del paisaje urbano, las agresiones que sufrieron «están motivadas por la radical oposición de Guillermo al proyecto del megapuerto, expresada con sinceridad, sentida emoción y profusión de argumentos en un pacífico acto público». «Por defender lo que entendemos que es una Tarifa mejor y más próspera, Guillermo hizo una encendida defensa de la belleza de nuestra ciudad, y también una dura crítica contra los sectores que apoyan el desproporcionado proyecto, críticas que han sido magnificadas interesadamente para tratar de silenciar los numerosos argumentos contra el megapuerto que allí se presentaban -afirma la asociación--. Por ello, Guillermo ha sido en las últimas semanas víctima de una campaña de hostigamiento, buscando el linchamiento público del artista, cargada de insultos y descalificaciones, alentada desde mociones, comunicados y proclamas del Partido Popular mediante numerosos mensajes homófobos (véase la web del PP de Tarifa), que ha desembocado en las agresiones que el martes sufrieron él y su compañero por parte de militantes del PP». Lo más sorprendente del caso son, empero, las declaraciones formuladas por Juan Andrés Gil, actual presidente local del PP en Tarifa, cargo que ocupó hace años después de haber resultado electo como concejal de IU y haber militado previamente en el Partido Andalucista. A través de varios medios, ha llegado a culpar al artista de lo sucedido sin asumir autocrítica alguna sobre tales sucesos: que se trata de un asunto entre particulares, que si dicho sujeto tan sólo es simpatizante y no forma parte de la ejecutiva, que fue casual que ocurriese en la calle donde el PP tiene sus instalaciones, que no consta la agresión y que, claro está, rechazan tanto la violencia verbal como la física. Y que lo que tiene que hacer Pérez Villalta es retractarse de sus ofensas a la población, lo que a su juicio resultaría «muy recomendable evitar la polémica y la crispación sobre el megapuerto de Tarifa». «Es posible que exista crispación entre muchos ciudadanos que se han sentido ofendidos. Eso nunca justifica ningún tipo de violencia, pero tampoco habilita a este señor para insultar a ciudadanos de a pie que se encuentra en un paseo por la calle», declaró Gil con una inconmensurable dosis de cinismo.

En menudo aprieto han puesto los populares tarifeños a la ejecutiva andaluza de su partido y, en especial, a su secretario Antonio Sanz, que viene desarrollando una primorosa labor de búsqueda del centrismo en los núcleos que, como el de Tarifa, gobierna actualmente el PSOE. Desde la perspéctiva del PP de Andalucía, que ahora tendrá que explicar claramente por qué a algunos de los suyos no les gustan las artes plasticas ni la libertad de expresion, los núcleos pequeños y medianos de población, como es este caso, resultarán fundamentales en la batalla por la Diputación gaditana y por la presidencia de la Junta.

«No he visto jamás una sociedad tan cutre», fue lo que llegó a decir Pérez Villalta en la rueda de prensa que le ha costado semejante disgusto.Y visto lo visto, cualquiera diría que tiene razón.