Sotomayor culmina su sueño americano como magistrada del Supremo de EE UU
La primera mujer de origen hispano en acceder al alto tribunal jura su cargo ante la Biblia y ante su madre
| NUEVA YORK Actualizado: GuardarArropada por su madre, que sostuvo la Biblia, y un reducido grupo de familiares, la jueza de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor hizo historia ayer al jurar su cargo como nueva magistrada del Tribunal Supremo de Estados Unidos en una ceremonia que los norteamericanos pudieron ver, por primera vez, en televisión.
Sotomayor se convierte así en la primera mujer hispana que accede a la más alta magistratura del país y la tercera en ocupar uno de los nueve puestos del Supremo en los 220 años de historia del tribunal, después de que el pasado jueves fuera confirmada por el Senado con 68 votos a favor y 31 en contra. Durante el breve acto de juramento ante el presidente de la máxima instancia judicial del país, John Roberts, la jueza pronunció la conocida frase por la que se compromete a «defender la Constitución de Estados Unidos contra todos los enemigos, extranjeros y nacionales».
La nueva miembro del Supremo se fundió en un caluroso abrazo con su madre, Celina Sotomayor, nada más levantar la mano del texto sagrado. La magistrada se refiere a menudo a ella como la gran inspiración de su vida, la persona a la que dice deber todo lo que es y alguien ante quien se sigue sintiendo pequeña. «Soy sólo la mitad de mujer que ella», aseguró cuando Barack Obama la propuso para sustituir al juez progresista David Souter, que se jubiló en junio. Sotomayor ocupará su sillón en septiembre, en la apertura de la sesión anual en la que los jueces deberán dilucidar sobre asuntos tan candentes como la pena de muerte o la reforma de la financiación de las campañas electorales.
Sotomayor encarna la típica historia de éxito que admiran y respetan los estadounidenses. Nacida en el barrio neoyorquino del Bronx hace 55 años, es hija de un matrimonio de Puerto Rico que dejó la isla durante la II Guerra Mundial. Su padre, empleado en una fábrica, no hablaba inglés y murió cuando la jueza tenía nueve años. Su madre, de profesión enfermera, fue la responsable de la familia, integrada por ella y otro hermano. Como muchos inmigrantes latinos en Nueva York, la joven Sonia creció en un típico barrio de protección oficial, cerca del estadio de su equipo favorito de béisbol, los New York Yankees. Sotomayor se graduó summa cum laude en la Universidad de Princeton, aunque también es licenciada por la Universidad de Yale.
Duras batallas
El proceso de confirmación de la nueva magistrada del Supremo propició una enconada lucha entre demócratas y republicanos en el Senado, como pocas veces se ha visto. Las audiencias, en la que se escrutó al centímetro su carrera e intervenciones públicas, pusieron de relieve las profundas diferencias conceptuales entre ambos grupos. Un botón de muestra, señalan algunos analistas, de las duras batallas todavía por librar durante la presidencia de Obama.
Con la elección de Sotomayor, los demócratas logran por primera vez colocar a uno de sus candidatos en el Supremo desde que en 1994 Bill Clinton nombró a Stephen Breyer. Las dos nominaciones que le tocó hacer al ex presidente George W. Bush -la del juez Samuel Alito y la del actual presidente del alto tribunal, John Roberts- inclinaron la balanza ideológica hacia posiciones conservadoras.