Luz al final del túnel americano
La Administración Obama y los analistas subrayan las buenas perspectivas de la economía de EE UU
| CORRESPONSAL. NUEVA YORKActualizado:Tres meses consecutivos con la mayoría de los indicadores en verde no dan pie todavía a poner fecha al fin de la recesión en Estados Unidos, donde hace ahora dos años comenzó la crisis de las hipotecas basura. Pero el cuadro macroeconómico ya no muestra una caída en picado y, tanto el presidente Obama como sus colaboradores y destacados analistas independientes, tiñen sus valoraciones de cierto optimismo.
Ya se ve el inicio del fin del túnel: se pierden miles de puestos de trabajo, pero la mitad que a comienzos de año; el sistema financiero no está al borde del colapso, y los precios de las casas han subido por primera vez en tres años.
Tras 18 meses en una especie de socavón, Gobierno y observadores dan por bueno el dato de la contracción económica del segundo trimestre, que se suavizó de forma considerable al caer el PIB sólo un 1%. Para la Casa Blanca, el leve retroceso es «el principio del fin de la recesión». No obstante, la cifra revela que la actual etapa de decrecimiento es ya peor que las sufridas en los años 70 y 80, al encadenar cuatro trimestres consecutivos en números rojos.
¿Cuándo se reanudará el crecimiento? Larry Summers, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, vaticina que es «muy probable» que en la segunda mitad de este mismo año. Basa su predicción en tres circunstancias: la necesidad del sector industrial de reconstituir sus inventarios tras las masivas reducciones de existencias; el impacto positivo del plan de incentivos para la compra de coches nuevos y los trabajos vinculados a las ayudas del plan de estímulo económico.
No lo dice sólo la Administración Obama. En la misma línea, los expertos de Goldman Sachs -habitualmente pesimistas en sus predicciones- se han alineado con quienes tienen una visión más rosa del futuro. Acaban de corregir al alza del 1 al 3% su estimación de crecimiento para el segundo semestre, al apreciar un giro todavía más rápido del esperado en el ciclo de inventarios y el impulso proporcionado por el estímulo fiscal.
Goldman se apoya en una mejoría de la mayoría de los indicadores y destaca la inversión residencial, que se recupera antes de lo esperado, pese a noticias aún preocupantes como son las pérdidas sufridas por el organismo de refinanciación inmobiliaria Fannie Mae -en manos gubernamentales- en la primera mitad del año: un total de 26.500 millones de euros que le han obligado a pedir más ayudas públicas.
Pero las ventas de casas usadas aumentaron un 9% en junio respecto a enero, mientras que las nuevas subieron un 17%. La construcción de viviendas, todavía en mal momento, ha aumentado un 20% desde principios de año.
No todo son luces. El consumo doméstico, alma de la economía de EE UU, cayó un 1,2% en el segundo trimestre, lo que se atribuye a la cautela en el gasto de los estadounidenses por el miedo a perder su empleo.
Entre los nubarrones que pueden ralentizar la recuperación está el astronómico déficit público, que en julio superó el billón de dólares. El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ya ha dicho que si no se reduce será difícil mantener la confianza en el dólar.
«El país necesita comprender que la Administración hará lo necesario» para que la economía se recupere, «tenemos que reducir ese déficit de manera espectacular y eso va a requerir algunas decisiones difíciles», añadió.
Tres bancos regionales de EE UU han sido cerrados, lo que eleva a 72 el número de entidades financieras quebradas durante el año en este país, según la agencia federal de garantías de depósitos bancarios (FDIC).
La mayor quiebra fue la del First State Bank, cuya sede central se encuentra en Sarasota, en la costa este de Florida. Controlaba 387 millones de dólares en depósitos y 463 millones de dólares en activos.
El Community National Bank of Sarasota County era de la misma región, una institución mucho más pequeña con 93 millones de dólares en depósitos y 97 millones de dólares en activos. Ambas serán absorbidas por el Stearns Bank, de Minnesota.
El tercer banco quebrado es el Community First Bank, con sede en Oregon, que controlaba 182 millones de dólares en depósitos y 209 millones en activos.