Nadar y guardar la ropa
El movimiento hippie trajo a Cádiz la moda de ir a la playa sin bañador. Una quincena de arenales siguen hoy con la tradición. El debate estaba cerrado, pero renace la discusión
| CÁDIZ Actualizado: Guardar«Si fuera la voluntad de Dios que viviésemos desnudos, habríamos nacido así». Esta frase, firmada por Mark Twain, retumba especialmente estos días en las playas gaditanas. Le ha dado el pie una polémica estéril en torno a las posibilidades de hacer nudismo en los arenales de la capital. Las ordenanzas municipales aprobadas el pasado julio prohíben esta práctica en las playas urbanas de La Victoria, Caleta y Santa María y lo limita a zonas acotadas en aquellas que tienen la calificación de natural, como es el caso de Cortadura. «Están quedando como unos retrógrados. Hay gente que ha pensado que la ciudad podría hermanarse con Jartum (capital de Sudán), por eso de que regulan la vestimenta de las personas. Es ridículo», afirma Ismael Rodrigo, presidente de la Federación Española de Naturismo, muy activo esta semana por mor de la noticia.
Aunque pasear, tomar el sol o bañarse en la playa sin ropa conlleve en algunos casos una multa, las asociaciones naturistas seguirán luchando por una libertad que se alcanzó en España en los últimos años del Franquismo. «No hay ley que pueda regir la moral de los ciudadanos por lo que cualquier injerencia es antidemocrática», argumentan. El debate, de esta manera, hace aguas. Tal vez porque ya no existía, menos en una provincia con gran tradición de un movimiento o filosofía de vida que parte del principio universal de la igualdad.
La costa gaditana está moteada de enclaves privilegiados, por su belleza («todos los cuerpos son hermosos», defienden) y ubicación, para la práctica del nudismo.
El tramo de la Playa de Levante, en El Puerto, ocupa unos 60.000 m2 y sus márgenes lo estableció el actual equipo de Gobierno. Desde un punto situado a 1.700 metros de las últimas edificaciones de la playa de Valdelagrana y a 2.300 metros desde la desembocadura del Río San Pedro, en un lugar en el que el único acceso es a pie, se puede ver en los meses de verano a usuarios que se desprenden del pudor y disfrutan de la naturaleza sin ataduras. En la roteña Punta Candor se declaró una zona naturista en 1998 aunque su uso está poco extendido en la actualidad.
Y es que el paraíso de la desnudez de la provincia está, sobre todo, en Conil de la Frontera, Barbate y Tarifa. Las calas de Poniente (Cala del Tío Juan Medina y otras) en Roche, entre la urbanización y el faro de Cabo Roche, la de Peneque, Melchor y del Aceite (aquí está ubicado el único cámping mixto de la provincia), Sudario-Pitones y Camacho son los espacios de Conil en los que está muy extendido pasar el día con el único abrigo que dan las rocas. La playa de El Palmar-Zahora está considerada como la mejor de la provincia para el nudismo. En los Caños de Meca continúa la ruta. En la zona de Mangueta, playa de Zahora, hay algunos recodos donde se practica, pero abunda más en la playa del Faro de Trafalgar. En la playa de los Castillejos, la ruta de Los Chorros y la zona Los Lodos y las Cortinas de Agua, cualquier rincón íntimo es utilizado por los naturistas.
En temporada baja los desnudos se ven sobre todo, en la playa de los Alemanes, cerca de Zahara de los Atunes y durante todo el año, aunque de forma muy esporádica, en la de Sotogrande. Parada obligada es Bolonia, en Tarifa. Allí, desde 1998 está acotada la franja conocida como El Chorrito, pasado El Lentiscal.
Rafael Ortiz, presidente de la federación andaluza, explica lo que significa el naturismo: «Es gozar de la libertad de bañarse sin ropa, que te de el aire en el cuerpo. Además se hace una vida social como en cualquier otra instalación. El morbo no está en la desnudez, sino en la ropa. Si ves a alguien despojándose de ella, te llama más la atención que si ya no la tiene».
El nudista no nace, valga la paradoja, sino que se hace. Los asiduos recomiendan iniciarse en un centro dedicado a ello, para así darse cuenta que a la media hora «se te ha quitado el pudor», dice Ortiz.