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Algunas imitaciones no están expuestas. /V. LÓPEZ
Ciudadanos

Marcas de lujo a precio de saldo

La venta de productos falsificados se hace a cuenta gotas en puntos muy concretos de las ferias y mercadillos de la costa gaditana

SANDRA SALAZAR
| CÁDIZActualizado:

Es cuestión de aprovechar la ocasión. Usted se encuentra de frente con el mantero o vendedor ambulante y tiene dos opciones: pasar de largo o mirar qué vende. La mayoría se acerca a curiosear y con la vista puesta en el artículo que le ha gustado pregunta «¿A cuánto lo deja?».

Esta es una escena que se repite constantemente en la época estival y que puede producirse en playas, paseos marítimos o ferias. El artículo falsificado o de imitación no se busca, suele encontrarse, y todos los que compran repiten la misma frase «por qué no voy a comprar si está mucho más barato que en la tienda». Sin embargo, esta práctica supone un delito contra la propiedad intelectual o industrial que está cada vez más perseguido. Tanto es así que en la Bahía de Cádiz, desde las diferentes Jefeturas de la Policía Local, aseguran que es una infracción que se está erradicando y que se encuentra más en ferias y mercadillos.

Sin duda el patrón ha cambiado. Es difícil ver por la calle aquella fila de manteros que ofrecían CDs y DVDs a la tercera parte del precio de venta comercial. «A penas se ven los vendedores ambulantes que vendían música o películas, aunque si hay que tener cuidado en el mercadillo de los jueves con los perfumes, gafas, relojes y bolsos, allí es donde más se vigila», explica un agente de la Policía Local de San Fernando. De hecho esta unidad sólo tramitó desde el mes de mayo dos intervenciones por CDs y cuatro por artículos falsificados.

En Chiclana la situación es similar y aunque aseguran que esta práctica prolifera por la llegada de veraneantes a la costa, «hay poco movimiento y a penas denuncias a pesar de que hay una patrulla específica de paisano destinada a este cometido concreto».

El Puerto de Santa María y Cádiz son dos de las localidades que más han sufrido en estos últimos años el boom de los artículos falsos, y aplicando el mismo sistema que sus localidades vecinas han logrado un descenso importante que se refleja en la capital en sólo 11 denuncias por venta de material falsificado. Uno de los sistemas ha sido regular la situación de muchos vendedores en zonas concretas, como los paseos marítimos, donde los vendedores tienen sus puestos de venta fijos y con licencia municipal.

Con esta medida las zonas turísticas han quedado más controladas y pocos son los vendedores que se arriesgan a ofrecer falsificaciones y perder su sitio fijo durante los tres meses de verano por los que obtienen el permiso para vender en la calle. Sin embargo, esto ha llevado a una práctica encubierta más difícil de «pillar».

Moussa Gucey, natal de Senegal lleva cinco años vendiendo en el Paseo Marítimo de El Puerto. Tiene todos sus papeles en regla, pero no así los miembros de su familia que aprovechando el stand guardan allí material ilegal.

«Te doy 30 euros y sin regateos» dice de forma imperativa un portuense a un senegales que lleva relojes falsificados de alta calidad. «Te lo llevas por 45 o nada es un Louis Vuitton», le responde. Finalmente no hay acuerdo y el vendedor ambulante vuelve a llevar el reloj a una pequeña caja que esconde en el puesto de Moussa.

A esto hay que sumar las ventas en playas, ferias y eventos que atraen estas prácticas ilícita. Tanto es así que en lo que va de año la Guardia Civil incautó 6.246 unidades de material falsificado, 355 prendas, y fueron detenidos 33 personas por este tipo de delitos.