Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

¿Hay algo que no pase aquí?

La tradicional regata de la Copa del Rey se presenta como un oasis de normalidad en el sísmico verano mallorquín

Actualizado:

Ayer aterricé en Palma para asistir a la 28ª regata de la Copa del Rey Audi Mapfre de vela. Encontré la isla como siempre por estas fechas: radiante, calurosa y llena de turistas, aunque esta vez me ahorré la pregunta de rutina: ¿Qué está pasando? Y es que ahora mismo la cuestión es justo la contraria: ¿Hay algo que no esté pasando en Mallorca?

Nada más acercarme al Real Club Náutico de Palma detecté un incremento notable en las medidas de seguridad. A la entrada han instalado un furgón con scanner. Sí, un enorme furgón que lleva incorporada una cinta transportadora y, con ella, un aparato de rayos X (como los del aeropuerto). De manera que, mientras un amable policía me tomaba los datos del DNI, introduje el bolso por el lado del copiloto y tuve que recogerlo por el lado del conductor. ¿Quién estará dentro del misterioso vehículo escrutando el contenido de mi bolso, el Equipo A?, sopesé... Y en el acto caí en la cuenta de que ya tengo una edad. La suficiente como para acordarme de que el famoso Equipo A se movía en furgoneta, lo cual, según un pérfido anuncio publicitario, debería llevarme a cuidar mi salud y animarme a tomar antioxidantes. Piscina del Real Club Náutico: gente bien tomando el sol. Gente de buena genética, de ésa que lleva muchas generaciones cuidándose y tomando antioxidantes (es decir, comiendo bien). En resumen, socios de toda la vida... ¿Dónde está la tradicional romería de periodistas del corazón? ¿Dónde los paparazzi que, una vez rematada la faena en alta mar, profanaban estas tranquilas aguas tirándose a lo bomba? ¿Dónde las estrellas rutilantes que arrimaban su sardina al ascua de la regata para salir en la foto? Nada, ni rastro. Entre el repugnante atentado y la maldita crisis este va a ser, en Mallorca, el verano de la sobriedad, el perfil bajo y el low cost.... Porque en los tiempos que corren, tontería, la mínima. Pero eso sí, no hay que permitir que el turismo se resienta y para eso nada mejor que la idílica postal de unos Príncipes de Asturias paseando tranquilamente junto a sus hijas por el Parc de la Mar, frente a la famosa catedral de Palma... Una imagen que por cierto trajo cola.

¿Es posible que alguien pueda llegar a confundir a Felipe de Borbón con David Bisbal? Mucho me temo que en la era de los clubs de fans, lo es. La normalidad que querían transmitir los Príncipes paseando en la mañana del miércoles con sus hijas como una familia más colisionó con un rebaño de turistas que acababa de bajarse de un autobús y seguía mansamente a una guía que portaba un cartel con un enorme número 28. Lo más comentado por la tarde (la gente qué cotilla es) fue que la Princesa se había bajado de sus famosos letizios. Es decir, llevaba zapato plano para asistir, junto al Príncipe y sus hijas, al concierto de su amigo, el regatista Jaume Anglada en el Club Náutico. Y es que la Copa del Rey Audi Mapfre, con sus 105 veleros de 7 categorías distintas, es, en este verano mallorquín, la alegría de la huerta.