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Erdogan acelera el diálogo con los kurdos
Turquía teme que la futura retirada de Estados Unidos de Irak refuerce las actividades terroristas del PKK.
PAULA ROSAS
Cuando se cumplen 25 años del inicio del conflicto kurdo, una histórica reunión entre el primer ministro turco y el jefe del principal partido de esta minoría ha insuflado nuevas esperanzas en la región. Aún no se conoce el contenido de las conversaciones mantenidas entre Recep Tayyip Erdogan y Ahmet Türk, cabeza del Partido de la Sociedad Democrática (DTP). Pero el mero hecho de que se produjera el excepcional encuentro pone de manifiesto que Ankara se ha decidido finalmente a atacar por la vía del diálogo un conflicto que se ha cobrado más de 40.000 vidas.
El interés económico por sacar adelante el proyecto del gasoducto Nabucco, que pasa por el Kurdistán turco, y el miedo a que la futura retirada de Estados Unidos de Irak refuerce las actividades terroristas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), han acelerado el proceso de paz. «Nuestra nación quiere unidad, cooperación y solidaridad. Quiere que se acaben las lágrimas de las madres. Quiere que se acabe la sangre y la muerte», señaló Erdogan tras el encuentro, que se celebró el miércoles en Ankara, y que duró una hora. «La reunión ha aumentado las esperanzas de futuro», dijo el primer ministro sobre el encuentro, que el líder kurdo ha calificado de «importante».
Brazo político del PKK
El DTP había solicitado en numerosas ocasiones un encuentro de este tipo, peticiones que habían sido sistemáticamente ignoradas por el Gobierno. Erdogan siempre había alegado que sólo se reuniría con Türk si éste declaraba ilegal al PKK, considerado tanto por Ankara como por la UE y EE UU como una organización terrorista.
Sin embargo, esta semana, el primer ministro ha dejado claro que ambas organizaciones no son la misma cosa. «El DTP es un partido con representación parlamentaria», dijo Erdogan. A pesar de que el Partido de la Sociedad Democrática cuenta con 21 diputados en el Parlamento de Ankara, la mayor parte de los partidos nacionalistas turcos consideran al DTP como el brazo político del PKK.
Los analistas achacan la repentina urgencia turca para buscar una solución al conflicto a la cercana retirada estadounidense de Irak, prevista para 2011, que ha acercado a los kurdos iraquíes y a Ankara. Turquía teme que con la salida de las tropas norteamericanas del país se refuerce la presencia del PKK en las montañas del Kurdistán iraquí, desde donde lanzan y organizan ataques a las fuerzas turcas.
Además, «Turquía quiere utilizar gas del norte de Irak para el Nabucco», explicó el político turco-kurdo Bayram Bozyel al diario ‘The Wall Street Journal’. El Ministerio del Interior turco ya ha comenzado a trabajar en el plan que acometerá el proceso de paz, para el que quiere el mayor consenso posible de todos los sectores sociales de Turquía.
El Gobierno quiere que tanto el Ejército, como los servicios de inteligencia, el mundo académico, el resto de partidos políticos o los medios de comunicación participen en el mismo. De hecho, la semana pasada, el ministro del Interior, Besir Atalay, se reunió durante con 15 reputados columnistas de la prensa turca. Recientemente, el mítico líder del PKK, Abdula Ocalan, que cumple una condena de cadena perpetua, anunció que presentaría una ‘hoja de ruta’ para las negociaciones de paz.