Esta imagen difícilmente se repite durante los meses de frío./ LA VOZ
Ciudadanos

Hosteleros hablan de competencia desleal y piden consenso

«Una vez acabado el verano, son otros negocios los que deben hacer frente a la demanda», asegura Antonio de María

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Es la otra canción del verano. El anuncio de los chiringuiteros de que dejarán sus establecimientos abiertos una vez pasadas las jornadas de calor, esos días en los que los turistas poblan todas, crisis mediante, las mesas de los negocios de hostelería, suena a estribillo estival. Aunque en esta ocasión está tomando más forma. Y es que no por repetido, el canto deja indiferente a esos otros empresarios a los que los dueños de los chiringuitos dice beneficiará su iniciativa.

El frente de los hoteleros está de acuerdo con la medida, siempre y cuando se respeten las leyes establecidas. Así lo manifestó el presidente de la patronal, Antonio Real nada más conocida la noticia. «Todo lo que sea activar la zona en invierno es positivo. Cumpliendo la legislación vigente y sirviendo como apoyo a la oferta turística de la provincia, sea bienvenida la medida», declaró Real. Para él, la cuestión se centra en las verdades posibilidades de hacer rentable un negocio vinculado al verano. «Si es viable para los empresarios de los chirinquitos, me parece estupendo», resaltó. En la misma línea, aunque encabezando el bando disconforme con la previsible apertura, el presidente de Horeca, Antonio de María, desconfía de la viabilidad económica de la apuesta de los chiringuiteros. «El chiringuito es un establecimiento de apoyo a la playa. Se saca a concurso público para abrir en verano. Una vez acabada la temporada, deberían cerrar», sostiene el presidente. Así, los hosteleros denuncian que cualquier otra práctica ajena a lo que marca la ley, rayaría la competencia desleal. «Una vez se acaba el verano, la hostelería es la que debe atender a los clientes. No hay sitio para todos», comenta De María, quien reconoce algunas excepciones, aunque siempre, «una vez consultados todos los empresarios locales».

Desde Horeca advierten que la posibilidad de que los chiringuitos abran los fines de semana de invierno es un despropósito en algunas localidades. Tal es el caso de Cádiz, donde su paseo marítimo está «repleto de bares que de por sí ya son difíciles de llenar fuera de temporada».