Editorial

Pulso con límites

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E l archivo por el Tribunal Superior de Valencia de la causa contra el presidente Camps por los regalos recibidos de los imputados en la trama Gürtel ha desembocado en un agrio enfrentamiento entre el PP y el PSOE, que evidencia hasta qué punto pueden llegar a entremezclarse los procedimientos judiciales con los intereses partidarios que pugnan por ganarse el favor de la opinión pública. Resulta ilusorio pensar que en democracias abiertas como la española las imputaciones y enjuiciamientos especialmente sensibles, por implicar a cargos institucionales, puedan blindarse totalmente ante el escrutinio de los medios de comunicación y de la ciudadanía que conforma su criterio en buena medida a través de ellos. Esta evidencia no justifica ni los abusos que se derivan de los juicios paralelos, ni la utilización interesada o torticera a que pueden llevar las interpretaciones políticas sobre las actuaciones de los tribunales. Pero tampoco que se ponga en duda por este motivo la fortaleza del sistema democrático o el correcto funcionamiento de las instancias judiciales, sometidas periódicamente y de manera perjudicial al tensionamiento que provoca la batalla entre los partidos por preservar sus cuotas de poder.

Las eventuales acusaciones por hechos delictivos contra responsables institucionales o partidarios obligan singularmente a quien ostenta el Gobierno en cada momento, y con ello una responsabilidad esencial sobre los instrumentos del Estado de Derecho, a conducirse con singular respeto hacia esos mecanismos. Las declaraciones de la vicepresidenta De la Vega anticipando el recurso de la Fiscalía Anticorrupción contra el sobreseimiento del caso Camps constituyen en este sentido una inoportuna y censurable intervención en un momento en el que debía distinguirse con claridad la respuesta jurídica de la política. Una imprudencia en la que también incurrió en su día, en circunstancias distintas, el propio Camps al congratularse de su amistad con el presidente del Tribunal que tiempo después ha tenido que resolver sobre la causa que le afectaba. Las investigaciones en torno a la trama Gürtel y sus consecuencias se han erigido como un factor relevante en el pulso que mantienen socialistas y populares. Pero su diatriba no debería rebasar aquellos límites que envilecen la vida pública, ni olvidar que, aunque sea a varios meses vista, el Supremo deberá pronunciarse sobre el archivo del Tribunal valenciano.