Los que hacen brillar a las estrellas

El secreto del éxito de la selección va mucho más allá de las virtudes de los jugadores que salen a la cancha y de las decisiones del entrenador. Para que el equipo triunfe, cada día debe ponerse en marcha una maquinaria humana que ha funcionar con precisión suiza. Una maquinaria compuesta por un grupo de personas ajenas a la canasta que ya se han convertido en uno más del vestuario.

Entre ellos se encuentra Fernando Lacomba, que junto con su compañero Paco Fernández forma el equipo de fisioterapeutas que acompaña a la selección durante sus concentraciones. «Llevo ya cuatro veranos con los chicos y el trato con ellos siempre ha sido muy bueno. Pasamos muchas horas juntos y la verdad es que ellos hacen que nuestra labor sea mucho más fácil. Sin este ambiente sería muy difícil soportar la gran carga de trabajo que tenemos que afrontar», indica Fernández, que puede presumir de citar entre sus amigos a Rudy Fernández, Sergio LLull o Víctor Claver.

El fisioterapeuta, que también ejerce como tal en el Málaga CF, aclara que todos los convocados llegan en buenas condiciones físicas a la cita y que, por el momento, sólo han tenido que bregar con «los percances habituales de este deporte»; es decir, sobrecargas puntuales y algún que otro golpe. «Lo cierto es que los clubes cuidan muy bien de sus jugadores y ésto nos adelanta mucha tarea», puntualiza.

Agenda apretada

Fernández asegura que la rutina diaria del equipo sanitario de la selección es frenética y responde a una «agenda muy apretada»: «Nos levantamos muy temprano y, tras el desayuno, hacemos una ronda por las habitaciones de los jugadores para comprobar como han amanecido y si tienen algún problema. Luego preparamos las bolsas de hielo y las vendas para el entrenamiento matutino, que concluimos nosotros con los estiramientos a los jugadores».

El segundo tramo del día comienza tras la obligada siesta, en torno a las 16.30 horas. «Vendamos las rodillas y los tobillos de los jugadores y calentamos sus piernas de cara al entrenamiento vespertino, que también acaba con una tanda de estiramientos», señala Fernández.

El momento más duro de la jornada llega tras la cena. «Sobre las 10.15 horas les preguntamos sobre sus necesidades y luego iniciamos los distintos tratamientos, que van desde la terapia normal y los masajes hasta los estiramientos y la electroterapia. Terminamos muy tarde, ya que rara es la noche en la que empleamos menos de cuatro horas», indica Fernández.

De cara al público

Roberto Hernández es otro de los valiosos hombres en la sombra de esta selección. Además de compañero habitual de footing del fisio malagueño, Hernández es el responsable de prensa de la selección desde el Eurobasket del 97 y en el seno del combinado ha hecho grandes amigos. «Como llevo ya bastantes años en ésto, me suelo llevar especialmente bien con los más veteranos, como Garbajosa, Raúl López, Juan Carlos Navarro o los ausentes Roberto Dueñas y Carlos Jiménez», afirma el periodista.

Hernández, apasionado del baloncesto, nunca olvida su condición de «espectador privilegiado». «Mucha gente pagaría por estar en mi puesto, ya que he vivido los títulos y los éxitos de la selección junto a sus protagonistas, en primera línea», subraya.

El responsable de prensa es consciente de la importancia capital que los medios de comunicación tienen en la difusión nacional. «El aficionado vive el baloncesto a través de los medios, por eso tratamos que éstos no pierdan el tiempo y que los jugadores se encuentren a gusto, ya que, ante ciertas informaciones, también tenemos que actuar de colchón para los convocados», asevera.

Por otro lado, Hernández aclara que su rutina diaria siempre está abierta a cambios: «El baloncesto no es una ciencia exacta y la agenda de la selección suele ser bastante voluble, aunque hay otras labores que son más constantes, como la elaboración de dossiers de prensa y la actualización de la web de la Federación Española de Baloncesto».

Nuevas ilusiones

La selección también cuenta en San Fernando con el apoyo de un nutrido grupo de especialistas gaditanos que, muy a su pesar, tendrá que decir adiós al equipo la próxima semana. Entre ellos se encuentra Juan Jesús Betanzos, árbitro de Primera Andaluza que ayer fue llamado por la Federación Andaluza de Baloncesto para pitar el partidillo del entrenamiento matutino del sábado 8, día en el que se incorporará Pau Gasol a la concentración. «Arbitrar a este combinado de estrellas supone un gran premio a mi progresión deportiva. Me hace muchísima ilusión», indicó el joven colegiado, de tan sólo 23 años.

Betanzos no puede evitar identificar a su ídolo entre los hombres de Sergio Scariolo: «Mi favorito es Juan Carlos Navarro. El Barça siempre ha sido mi club y creo que él es uno de los mejores jugadores que se pueden encontrar en la Liga ACB y en Europa», recalca el árbitro.