Colectivos como el refugio gestionan adopciones./ ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Las perreras están desbordadas

Los abandonos de mascotas este verano superarán las cifras de 2008 con más de 2.000 animales que quedarán sin dueño

| CÁDIZ CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Más de 2.000 animales, fundamentalmente perros, se recogerán este verano en la provincia de Cádiz por parte de las dos empresas con las que los ayuntamientos gaditanos tienen conveniado este servicio de retirada de animales de la vía pública. Las cifras, en un año marcado también en este asunto por la crisis económica, asustan. En lo que va de junio, julio y principios de agosto, en localidades como Chiclana o El Puerto, ya se han recogido más de 300 y 150 animales, respectivamente. Esto provoca que las perreras se queden sin espacio por culpa del abandono masivo de mascotas cuando llegan las vacaciones.

Las protectoras alertan de que esta situación no se da en otros países del entorno, y de que en España la falta de «conciencia y educación cívica» está haciendo estragos al respecto.

Y es que en los meses estivales, cuando muchas familias deciden irse de vacaciones, el abandono de animales aumenta de forma considerable. En estos momentos las poblaciones de Cádiz, El Puerto, San Fernando y Puerto Real disponen de un servicio de recogida de animales que gestiona la firma Rotaguau en el municipio roteño.

Sus responsables aseguran que «esos más de 2.000 perros que se abandonarán es una cifra superior al verano pasado, porque este año hay mucha gente que incluso están entregando sus animales vacunados y bien cuidados porque no pueden asumir el coste del mantenimiento de sus mascotas.

Burros y cabras

Estas apreciaciones las comparte el encargado de la otra firma especializada que en la provincia se encarga de la recogida de todo tipo de animales, la jerezana Gesser. Andrés Muñoz apunta que a sus instalaciones «llegan a diario cientos de perros y gatos, pero también burros, cerdos e incluso cabras», explica este profesional.

Los animales que recepcionan permanecen en sus instalaciones una media de diez días, y en algunos casos un mes como máximo. Tras esta estancia, y si éstos no cuentan con microchips, su destino pasa por varias posibilidades. Una parte, «en torno a un 20%» serán sacrificados, mientras que el grueso de los perros acogidos, «casi un 60% ó 70%, irán a adopción mediante los convenios que tenemos con distintas protectoras de la zona y de Europa». Esto hace que muchos animales puedan disfrutar de una segunda oportunidad con familias de acogida que los cuidarán y los salvarán así de una muerte segura.

Esta firma jerezana gestiona la retirada de perros abandonados en localidades como Chiclana, Conil, Barbate o Sanlúcar. Su responsable asegura que la media habitual es «entre 1 y 1,2 perros por cada mil habitantes abandonados al mes» en estas zonas, donde las numerosas parcelas, fincas y cortijos habitados que existen influye en que las estadísticas se disparen. Pero a los abandonos hay que sumar el número de animales que fallecen atropellados en las carreteras. Los responsables de estas instalaciones también se encargan de recoger los cuerpos.

Tal volumen de perros abandonados ha llevado al Colegio de Veterinarios de Cádiz a reclamar la puesta en marcha de un centro de rescate animal en la Bahía, justo cuando se cumple año y medio del cierre de la perrera de Puerto Real; implicada en una denuncia por sacrificar animales mediante métodos muy dolorosos.

ciudadanos@lavozdigital.es

Adopciones en auge: El intenso y desinteresado trabajo que realizan hasta media docena de protectoras de animales en Cádiz como Kimba, Prodean, Adóptalo, Pequeños Peludos, Solucar o El Refugio está haciendo que cada vez haya más adopciones de animales abandonados, fundamentalmente perros y gatos. La responsable de la Protectora Kimba, Nieves Orellana, llama la atención sobre la necesidad de que la población «tome conciencia» de un problema que no tiene tal dimensión en otros países de Europa. Precisamente, de Alemania o Bélgica son muchas de las familias que deciden adoptar a un animal que sus dueños originales de la provincia ya no quieren.