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¡Eureka! en La Victoria
Un singular laboratorio inicia en la capital su ruta por las playas de Cádiz para concienciar con curiosos experimentos sobre la defensa del litoral
| CÁDIZ Actualizado: Guardar¿Por qué flotan las medusas? ¿Y los barcos que pesan toneladas y toneladas de acero? ¿Tienen dientes las ballenas? ¿Hay tiburones en las costas de Cádiz? ¿Y corales? Miguel Ángel Salgero, veraneante madrileño de 11 años, dio rienda ayer a su curiosidad científica en el peculiar laboratorio que el Aula del Mar y Unicaja montaron en la playa de La Victoria y que itinerará por varios puntos del litoral de la provincia a lo largo de este verano. Junto con Miguel Ángel, otros cientos de niños, acompañados de sus padres, pudieron participar en los curioso experimentos con los que tres biólogos ilustran sus explicaciones. «El objetivo es que los jóvenes, pero también sus familias, entiendan qué pasa con las conchas de los moluscos, por ejemplo, cuando el cambio climático eleva el nivel de ácido de los mares», explica Juan Jesús Martín, uno de los promotores de la iniciativa.
Rica fauna
El objetivo de la idea es dar a conocer el medio ambiente marino en el litoral andaluz para fomentar su conservación. Zonas como los rompeolas son hábitats de numerosas especies de invertebrados marinos como lapas, cangrejos, anémonas y mejillones, entre otros, algunas de las cuales están incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
El entorno del Castillo de San Sebastián, por ejemplo, «es muy usado por los bañistas, que frecuentemente capturan lapas o cangrejos por entretenimiento, de ahí la necesidad de informar sobre la existencia de importantes poblaciones de invertebrados marinos habitando zonas de recreo en el litoral andaluz y la importancia de incorporar prácticas recreativas compatibles con su conservación», explica Juan Jesús.
Los chavales participan de manera activa en los distintos experimentos que el laboratorio les propone. Aprenden por qué un chicle se hunde si lo dejas sobre la superficie, pero no si haces con él un pequeño globo, «que es la estrategia que utilizan las medusas», comenta Fernando Martín, uno de de los biólogos que participan en el laboratorio. Jesús Bellido va un poco más allá y les enseña los principios básicos de la física y la ingeniería que permiten que un trasatlántico no se hunda con sólo un pedazo de plastilina.