«Yo no salgo con ancianos»

De casta le viene al galgo. Bárbara Berlusconi no se muerde la lengua, ni siquiera cuando se trata de hablar de su babbino caro (papito querido). «Yo nunca he salido con ancianos», suelta la joven de 24 años en una entrevista concedida a la edición italiana de Vanity Fair. Así sale al paso cuando le preguntan por la relación de su progenitor –que cumplirá 73 años en septiembre– con Noemi Letizia, la chica de sonrisa profidén y melena rubia que invitó al mandatario a la fiesta de su 18 cumpleaños. Ya se sabe que el don de gentes de Berlusconi no conoce límites... Aunque, en esta ocasión, el tiro le haya salido por la culata. Su segunda mujer, Verónica Lario, ha pedido el divorcio y Bárbara, la primogénita del matrimonio, empieza a perderle el respeto.

Pero por mucho que hayan volado los platos en casa de los Berlusconi, parece que la sangre no llega al río. Es lo que dice Bárbara en la citada entrevista a Vanity Fair: «El mayor interés de mi madre en estos últimos 30 años ha sido defender a la familia». Queda por ver si el divorcio no cambia las cosas. Berlusconi tiene cinco hijos –dos del primer matrimonio y tres con Verónica Lario–, así que más de alguno igual está afilando los dientes. Pero, nada, Bárbara no suelta prenda: todo seguirá siendo paz y armonía, «mientras mi padre se comporte como un hombre justo e imparcial». Vaya responsabilidad le ha caído al primer ministro italiano.

Sobre todo ahora, cuando le llueven las críticas por sus juergas en la mansión Villa Certosa, en Cerdeña, con invitados ligeros de ropa; por no hablar de sus relaciones con prostitutas de lujo como Patrizia D’Addario. No lo tendrá fácil. Su hija Bárbara ya le llama ‘anciano’ en público. Cría cuervos...