En Jerez existen varias representaciones de san Cristóbal. / LA VOZ
Jerez

Cristóbal y su bella leyenda

En estos días de vacaciones y de jornadas ante el volante con grandes desplazamientos, recordamos al patrón de los conductores

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Con cierto retraso, pues su festividad se celebró el pasado día 10 de julio, traemos a nuestra sección la bella historia de San Cristóbal y una de sus muchas representaciones iconográficas en nuestra ciudad.

Cristóbal se pierde en el túnel de la historia. Se piensa, incluso, que forma parte de la leyenda, aunque la Iglesia sigue reconociendo y alimentando su gran devoción. Sin un origen claro, Adócino, que era su nombre original, fue buscando servir a aquel Rey que gobernara entre los reyes. Tras una serie de vicisitudes llegó a la cueva de un eremita y éste le dijo que si quería servir al verdadero Rey de reyes debía de orar y ayunar como él mismo hacía. Cómo Adócino no se creía con la suficiente disposición para llevar una vida de oración, decidió hacer obras de caridad. Y así fue como ayudaba a quienes querían cruzar un río cercano. Lo hacia llevándolos en sus hombros. Todos le llamaban Bal que significa "el que porta o lleva". Un día, apareció un niño que le pidió que le ayudara a cruzar el río. Bal accedió; y cuando lo portaba, comprobó que no podía con su peso, a pesar de su poca corpulencia. Cuando finalmente lo depositó al otro margen del río, Bal le preguntó cómo podía pesar tanto. El niño le replicó que era el peso del mundo el que llevaba porque él era el hacedor y Rey del mismo. Y fue el niño quien le aclaró que era Cristo y por ello pasaría a llamarse Cristóbal, que es "el que porta a Cristo".

Así, san Cristóbal, es representado siempre con un niño sobre sus hombros. Al mismo tiempo, por ser el portador, también fue erigido por la Iglesia como el patrón de conductores y transportistas. En Jerez, existen interesantes representaciones de este santo. Hoy nos hemos detenido en el que podemos ver en San Lucas. Está incrustado en la pared de la nave del evangelio. Se trata de un resto del magnífico coro que había en este templo y que en los años sesenta fue desmantelado. Ahora que muchos son los que cogen el volante para viajar, es recomendable el recuerdo de este santo patrón de los conductores.