Donde dije digo...
Actualizado: GuardarEso es lo que pasa por irme a pasar el fin de semana a Málaga, que luego llego el lunes y estoy despistada, y no me entero de nada, y cuando voy montada en mi coche buscando aparcamiento paso por la Porvera y de repente hemos vuelto atrás, ya no me cruzo con autobuses de frente y nadie me ha avisado de que ya no hay doble sentido.
Ah, ¿qué a todos les ha cogido por sorpresa?, ¿que la recuperación de la fisonomía y la circulación habitual en esta calle era para septiembre?, ¿que dice usted que si lo han hecho ahora en pleno páramo agostero es para que la gente no diga que el Ayuntamiento ha reculado? Desde luego, qué mal pensados que son algunos.
Con o sin preaviso, antes o después, lo de la calle Porvera es un síntoma más de que la mejor opción es hacer las cosas con cabeza, sopesando bien los pros y los contras y estudiando a conciencia -con bolígrafo y papel si hace falta- si se aportan soluciones con el cambio o si al final los problemas no paran de surgir y se hace verdad ese dicho de «lo comido por lo servido». Vaya, que todo se trata de ser coherente, de no precipitarse y de ser un buen gestor de recursos y un mejor organizador.
En los últimos tiempos, el Ayuntamiento de nuestra ciudad ha caído demasiadas veces en el error de pensar que lo mejor es ir abriendo el camino, que lo demás ya llegará solo, especialmente en los temas relativos al tráfico y la movilidad en Jerez. ¿Recuerdan las idas y venidas del diseño de la línea de autobuses? Si no lo han sufrido es que no usan el transporte público a diario, como yo.
Al menos, una vez escuchadas las quejas y comprobado que el desastre cada vez era mayor, se ha tomado el toro por los cuernos y se ha optado por volver a lo de antes. Rectificar es de sabios y negar la evidencia muy estúpido.