Una niña observa distraída durante la oración de los viernes en la Universidad de Teherán. / AFP
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Irán inviste a Ahmadineyad con la bendición internacional

La UE aparca la polémica por la represión postelectoral y acudirá a los festejos presidenciales que se inician en Teherán

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Mahmud Ahmadineyad entra en su gran semana. Un mes y medio después de que los resultados oficiales le declararan vencedor de las controvertidas elecciones en Irán con los mejores números de la historia de la República Islámica (24,5 millones de votos), el líder supremo le entregará hoy el documento de aprobación final y dará inicio a unos fastos que concluirán el miércoles.

Pese a la conmoción interna y externa ocasionada por las revueltas en el país, Irán contará con el respaldo de los representantes diplomáticos europeos y del resto del mundo en la ceremonia que tendrá lugar en casa del mismísimo Alí Jamenéi para asistir a un primer discurso en el que todos esperan que insista en las dos ideas principales que ha defendido desde el 12 de junio: respeto a los resultados en las urnas y el fin de la injerencia occidental.

El gran debate sobre derechos humanos y democracia generado en la UE tras la brutal respuesta a las manifestaciones posteriores a la cita electoral -con treinta muertos y cientos de detenidos, según fuentes oficiales- ha quedado congelado. Parece que la única medida de censura de la comunidad europea se limitará al envío de las segundas jefaturas a los actos de investidura. Atrás quedan la expulsión de dos diplomáticos de Reino Unido y la detención de nueve trabajadores de nacionalidad iraní de su Embajada en Teherán, sin olvidar la situación de la francesa Clotilde Reiss, que permanece en prisión acusada de «espionaje».

Aceptar los resultados

Fuentes diplomáticas europeas temen «la instrumentalización política que se puede hacer de nuestra presencia en la recepción del líder supremo», pero argumentan que «los resultados hay que aceptarlos, ya que pese a haber un proceso legal abierto en este momento, Ahmadineyad es el presidente legítimo». La presencia internacional contrasta con las dudas sobre la participación de ex altos dirigentes de la República Islámica y de grandes ayatolás, que, según medios reformistas, han preferido pasar estos días en la ciudad santa iraquí de Nayaf.

Una vez recibida la carta de aprobación de manos de Jamenéi, Ahmadineyad acudirá el miércoles al Majlis (Parlamento) para someterse a una moción de confianza por parte de los 290 miembros de la Cámara. Como es tradición, a este acto también han sido invitados los representantes internacionales. El cara a cara con los parlamentarios no se antoja sencillo para un líder ultraconservador, que en la última semana ha recibido una dura carta de censura firmada por 205 diputados que criticaban su actitud en la elección del primer vicepresidente, Rahim Mashai. Ahmadineyad propuso a su consuegro para el cargo y, pese a la oposición de Jamenéi, lo mantuvo durante una semana, generando una crisis entre los conservadores que le puede costar cara el día de su voto de confianza y en la posterior presentación de sus ministros, que uno por uno deberán obtener también el visto bueno del Majlis.

Crisis de gobierno

Ahmadineyad cedió y finalmente Mashai no estará en el Gobierno, pero le ha nombrado su asesor personal. Algo similar a lo ocurrido con Ali Kordan, ex ministro de Interior, que tuvo que cesar por presentar un título de doctorado falso y que ahora ocupa un cargo de responsabilidad en el control de ministerios y del mismo Gobierno. Esta última crisis provocó la destitución de otros cuatro ministros -Información, Sanidad, Trabajo e Inteligencia-, lo que ha llevado el caos a un Ejecutivo que Ahmadineyad no parece dispuesto a abrir a candidatos de consenso pese a las presiones de la oposición.

La investidura se producirá mientras prosigue el macrojuicio a un centenar de opositores que participaron en las protestas. El ex mandatario Mohamed Jatamí ha criticado el proceso por creer que «va a dañar la confianza en la cúpula de la república».