Un rincón siempre vestido de verde
Actualizado:Justo a un lado está el Paseo de las Delicias. Se pasa la gasolinera y en la zona derecha nos encontramos con este parque tan conocido por los jerezanos. Gracias al contrato contraído entre Luis de Ysasi Lacoste y el Ayuntamiento, se cedían estos terrenos a la ciudad, por parte de Ysasi, siempre y cuando fueran para uso público y disfrute de la ciudadanía.
Ha pasado algo más de un siglo y El Retiro sigue siendo un parque público. Una zona verde para el esparcimiento de los jerezanos. Su superficie tiene la forma de un rectángulo, más largo que ancho. Unos 300 de largo por 60 de ancho. Se estructura alrededor de un largo paseo central que, flanqueado por naranjos, constituye el eje central del parque. A cada lado podemos ver dos paseos laterales de trazado sinuoso que discurre entre praderas.
Por último, en paralelo a las calles que sirven de límite al Parque, se encuentran los paseos. El que corre junto al Paseo de Las Delicias está escoltado por fresnos mientras que el que linda con el ludoteca y el colegio posee un bello corredor con grandes palmeras canarias.
Estos cinco paseos se unen entre sí por pequeñas sendas transversales que lo cruzan a lo ancho, delimitando así las praderas o zonas de césped, amén de varias placitas con bancos entre las que sobresale la que se abre en el paseo central, rodeada de altos plátanos de sombra.
En su extremo oriental, los paseos confluyen en un parque infantil rodeado de fresnos, sóforas o palmeras…. En el otro extremo, se abre también una explanada en la que se encuentra una reciente fuente con diversos juegos de agua que hace que el viandante se quede un tanto absorto con las formas que dibujan los chorros.
El parque de El Retiro se diferencia de otras zonas ajardinadas de la ciudad por la gran variedad de especies arbóreas y arbustivas que alberga en una superficie relativamente pequeña.
Comercios
Así, más de 50 especies vegetales crecen en esta auténtico «manantial verde» de Jerez. De todas formas, se advierten que cuatro especies son las más abundantes: la palmera canaria, el naranjo, el fresno y el júpiter, así como el gran pino carrasco que casi preside la zona.
Si se cruza el Paseo de las Delicias, podemos llegar a los pisos conocidos como del Retiro. Paco lleva unos años con su supermercado de alimentación. Está sentado tranquilamente tras su escritorio y sueña con irse a Marbella unos días a veranear. Paco sabe saborear lo bueno. «También los que trabajamos tenemos derecho...», asegura él mismo.
En casa de Paco podemos encontrar todo lo necesario para el hogar. Desde una escoba para barrer hasta un desodorante para no dar el cante. Todo es posible. «Además aquí tenemos el autoservicio. Es mejor para todos. Los clientes eligen y se llevan lo que quieren. Y así todos contentos», considera nuestro hombre que por unos minutos ha dejado a un lado los balances de cuentas y contestar a unas preguntas. Y ahonda afirmando que «todavía tenemos hasta cuentas abiertas. O sea, que todavía se da fiado si el cliente está pasando una mala racha. Por falta de dinero que no quede...», afirma nuestro hombre. Está claro que para estos tiempos de estrechez es una medida interesante aunque Paco asegura que «así llevo toda la vida. Y pocos clientes me han dejado colgada una cuenta».
Más abajo está José Manuel Almagro con su peluquería de caballeros. «Bueno no. Yo soy un trabajador. En realidad, el negocio es de mi hermano. Miguel Ángel, Estilista. Las señoras a un lado y los caballeros a otro. Esto es una zona muy buena de Jerez. Que yo conozca, jamás ha habido problemas entre vecinos. Además te lo digo porque yo, además, soy vecino. Es lo mejor de la ciudad, en serio», certifica nuestro hombre.
De momento, las tijeras están quietas y el sillón vacío, a la espera de clientes que quieran acicalarse el pelo. La espera para José Manuel no es especialmente angustiosa. Pues una buena lectura mientras se tiene como fondo al gran parque, que no es, precisamente, estar mal colocado en el tablero laboral.
Casi llegando al final del parque, nos encontramos el bar Carmen. Un sitio donde siempre se han preparado bien los caracoles. No está mal rematar el artículo con una buena taza de caracoles. «¡Qué trabajito ha costado, Dios mío¡», comenta Pepe Amador. No entendemos nada, hasta que nos cuenta que está contento porque es el día en el que, por fin, tiene en sus manos el carné del Xerez.
Afición deportiva
A tenor de lo que comenta, ha costado tenerlo. «Y que lo digas, hijo. Colas desde la madrugada. Esto es increíble». Es caso es que ya lo tiene en sus manos y sueña con goles azulinos en el estadio municipal de Chapín.
El parque de El Retiro se refresca conforme llega la tarde. La noche acaricia las frondosas copas de los árboles y el levante parece que ha amainado. Salen a pasear muchos jerezanos.
Unos llevan carritos con bebés. Otras personas, en cambio, solamente andan de un lado para otro. El Retiro sigue siendo esa voluntad que dejó Luis de Ysasi en su testamento. Un lugar bellísimo entregado para disfrute de todos los jerezanos.